La organización pide, además, a las instituciones leonesas que defiendan los servicios en León. Carmen Franganillo, coordinadora local, explica que “no sólo de banderas vive la ciudadanía, y que la defensa de los servicios públicos es fundamental. Sin embargo, no se ha salido ni a defender el servicio de paliativos desde ningún organismo o partido, a excepción de sindicatos e Izquierda Unida. Ahora nos enfrentamos a otros problemas y es el momento de demostrar qué está cada uno dispuesto a hacer por nuestra tierra.”
Además de los problemas de saturación del CAULE, debido a la mayor incidencia de la COVID, y la falta de previsión de personal disponible en verano, Izquierda Unida declara que el SACyL, ahora, deriva pruebas diagnósticas oncológicas a un hospital privado de Madrid. Sin personal de refuerzo COVID, despedido en marzo por la consejera, y sin medios, la sanidad pública leonesa se enfrenta en precario a una nueva ola COVID, que no sólo afecta a estos pacientes, sino al resto, provocando retrasos en los diagnósticos e intervenciones que pueden ser fatales.
A partir de ahora y según se prevé hasta octubre de este año, los pacientes que se deban someter a un PET TAC en Castilla y León serán derivados a un hospital privado en Madrid.
La prueba del PET TAC, una prueba de imagen frecuentemente utilizada para el diagnóstico de pacientes oncológicos, estaba instaurada en Salamanca y durante unos meses estará suspendida ante la renovación de las estructuras hospitalarias de esta ciudad. Castilla y León no cuenta con estos equipos en centros hospitalarios públicos y ante la falta de previsión e inversión en infraestructuras públicas los pacientes oncológicos que requieran esta prueba deberán desplazarse hasta Madrid a una clínica privada concertada por el SACYL, la Clínica Universitaria de Navarra (con sede en Madrid).
En cuanto a la saturación del Hospital, y el problema de falta de UCIS, los datos de la Junta de Castilla y León no son ciertos, al considerar camas UCI otro tipo de emplazamientos, donde no se pueden garantizar los mismos cuidados. La UCI leonesa tiene 16 camas, y ha sido la única que aún no ha sido ampliada. Además, debemos añadir el problema de la distribución de pacientes COVID por varias plantas del hospital, con el peligro que ello conlleva para los pacientes, y la suspensión de intervenciones programadas por la ocupación de reanimación. Todo ello, a pesar de la reapertura de la planta cerrada.
Para finalizar, IU pide de nuevo la dimisión del gerente del CAULE, por mentir en los medios, explicando que nunca ha tenido intención de privatizar la unidad de paliativos, una unidad, que como ya hemos explicado anteriormente, no sólo ha estado en peligro recientemente, sino que sólo consta de veinte camas, y la cual sufre constantes derivaciones a la privada.