La organización denuncia el modelo de economía que se defiende desde hace años, con empleos inestables y continua emigración juvenil
Según datos recientes, la ciudad posee una tasa de paro de la ciudad entre los jóvenes que supera en muchos casos el 50% mientras que menos de la mitad de los graduados se quedan en la comunidad tras terminar sus estudios universitarios.
La organización local de Izquierda Unida ha querido poner de manifiesto la precaria situación con relación al empleo en la ciudad, en especial el que afecta a la población más joven, que se tiene que conformar con contratos precarios y temporales en vistas de encontrar algo mejor en otras comunidades.
Carmen Franganillo, coordinadora local, incide en que «el modelo de economía que se sostiene en la ciudad, basado en el turismo y en potenciar el sector hostelero, hace que se produzca un aumento del empleo en dicho sector en los meses de verano, que decae inevitablemente cuando termina la temporada. Además, se trata de contratos de muchas horas y poco salario que no proporcionan autonomía y mucho menos la estabilidad necesaria con vistas a un futuro.»
Érika Redruello, responsable de juventud dentro de la organización, recalca la sobrecualificación de los jóvenes de la región, donde gran parte de ellos poseen empleos que requieren mucha menor formación de la que poseen y que, además y teniendo en cuenta los bien conocidos problemas con el precio del alquiler, ven totalmente inasumible el acceder a una vivienda, pues implicaría dedicar más del 60% del sueldo al alquiler o más del 40% a una hipoteca sin estabilidad laboral de ningún tipo.
Así, la organización ha querido incidir en la cantidad de jóvenes que vienen a la ciudad a estudiar y acogen contratos temporales o becas para obtener cierta experiencia pero que, al terminarse, no les dejan otra opción que emigrar a otras ciudades. Teniendo en cuenta las ingenierías ofertadas en el campus, los grados de veterinaria o farmacia y por supuesto las diversidad de estudios en Formación Profesional y contando con empresas como el Instituto Nacional de Ciberseguridad es primordial que las y los estudiantes tengan oportunidades de futuro en la ciudad.
«León tiene cientos de estudiantes cada año que podrían quedarse si se sacara más partido al hospital veterinario, se aprovechara nuestro patrimonio cultural, en especial los yacimientos romanos y se invirtiera en I+D+I, creando una farmacéutica pública, desarrollando los polígonos industriales (mejorando infraestructuras y conexiones), fomentando organismos tecnológicos para que los jóvenes puedan asentarse. Todo ello para dejar de ser una “ciudad de paso” e intentando poner fin al tan acuciante problema de la despoblación.»