Año 3.021. Parte de la humanidad vive escondida en túneles bajo Tierra, otra parte emigró al espacio en un intento de encontrar comida y una forma de sobrevivir.
Hace unos cuantos siglos, la naturaleza se reveló y envió a los depredadores más dañinos, a las profundidades, era la única forma de que la vida siguiese estable para todos los demás seres. Solamente los seres racionales fueron expulsados de la faz de Tierra. Y…, desde entonces, los bosques volvieron a tener árboles, los desiertos dejaron de expandirse, los hielos volvieron a poblar los polos, el aire mantenía la frescura en los pulmones, las aguas volvieron a ser limpias. Tanto cambió todo, que se pudo apreciar la existencia de al menos un Dinosaurio.
Su existencia, la de Dinosaurio me refiero, se debe a que es uno de los personajes de este relato. Como se sabe, todo lo que existe en la mente, pasa a ser parte de la vida, de esa vida tan válida y necesaria que es la vida interior. Bien, una vez presentado uno de los personajes que nos acompañarán a lo largo de unos cuantos relatos más, debo añadir que Dinosaurio era muy ilustrado y acudía a la biblioteca del área en donde vivía, muy a menudo. La biblioteca poseía en los estantes de la antigüedad, libros muy valiosos. Algunos tenían más de mil años.
Dicho esto, aquí tenemos a Dinosaurio leyendo “Domadora de legañas”:
Domar mi tiempo ente legañas de rimel. / Es lo que hago cuando la almohada se convierte / en el torso donde apoyo mi rostro somnoliento. / Evitar que tu nombre venga a mis sombras / o habite las horas que en secreto te olvido.
Los versos son del poemario titulado “Manual para borrarte de mi recuerdo” de Pilar Escamilla Fresco, de 2018
-¡Vaya! Muy bueno, si señor
Baobab que estaba dando sombra a Dinosaurio, le increpó: -¿Qué es eso tan bueno Dinosaurio?
-Escucha, te voy a leer en voz alta otro poema de este precioso libro ilustrado con fotografías de la misma autora Pilar Escamilla Fresco. Se titula “Gorrión”:
Hay un gorrión afónico alojado en mi bufanda, / tengo un pañuelo de colores que te abraza, / huelo a vainilla y pan de horno. / y, sí, lo has adivinado, tiemblo.
-Pues si que tiene lírica la muchacha, sí. Anda léeme algún poema más.
Y ahí se quedan Dinosaurio y Baobab saboreando la palabra de Pilar Escamilla Fresco, porque la buena poesía hace verdad la literatura, porque los versos habitan en cada instante, pero hay que parar a recogerlos.
Neuronada: ¿De quién es el aire que se respira en la frontera entre Bielorrusia y Polonia?
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo