El 11 de marzo de 2020 la OMS declaró la pandemia de covid-19.
El 1 de diciembre de 2019, un hombre de unos 70 años cayó enfermo en China por una neumonía. Apenas 30 días después, el Hospital Central de Wuhan confirmó que el virus que estaba detrás de esa y otras infecciones era el SARS. La noticia fue notificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 31 de diciembre y solo unos días después, el 12 de enero de 2020, China hizo pública la secuencia genética del agente causante de la llamada covid-19: el SARS-CoV-2.
Durante los dos primeros meses del año los casos empezaron a aumentar y a diseminarse por todo el mundo, aunque no fue hasta el 11 de marzo cuando la institución sanitaria declaró la pandemia y los países europeos comenzaron a tomar medidas serias, como el confinamiento –el 14 de ese mes España entró en un estado de alarma que duraría algo más de tres meses–.
Desde el inicio, los científicos se pusieron a trabajar en encontrar tratamientos y vacunas eficaces. De hecho, la clave en la lucha contra el virus ha sido la inmunización, que comenzó en diciembre de ese mismo año en todo el mundo y se normalizó durante todo 2021, con una marcada desigualdad entre naciones y continentes, y una heterogénea respuesta entre la población del primer mundo.
En estos dos años ha habido 453.465.071 casos en todo el mundo (11.204.125 en España) y 6.029.828 de fallecidos (101.077 muertes nacionales)*, según el mapa global elaborado por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins (EE UU).
En lo que parece el final de la sexta ola en nuestro país, y tras meses combatiendo las nuevas variantes del virus, todavía quedan muchas incógnitas por resolver, como su origen preciso o el nivel de anticuerpos necesarios para prevenir la infección. Médicos y epidemiólogos lo tienen claro: son necesarios más recursos para hacer frente a esta y otras posibles futuras pandemias.
Datos extraídos el 11 de marzo de 2022 a las 8:30 a.m.
Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
Curro Oñate