La joven leonesa Malena, nieta del prestigioso periodista Eduardo García Carmona, ha publicado de nuevo en su blog “DE REGRESO A CASA” un importante artículo sobre la felicidad y la paz interior, de recomendable lectura.

Es un texto que puede servir de ayuda a muchas personas en la búsqueda de si mismas.

Reproducimos íntegramente el artículo y al final informamos sobre el enlace al blog.

“La felicidad. Una palabra muy buscada, pero muy poco reconocida por los seres humanos.

Tendemos a pensar que la felicidad es un estado eufórico y lo confundimos con el sentimiento de alegría.

Pero, después de un largo proceso, me he dado cuenta de que la felicidad está en tu paz interior.

La felicidad es nada más y nada menos que estar en paz con uno mismo y su alrededor.

Y a veces para ser feliz tienes que sacrificar algunas cosas que te provocan «falsa felicidad».

En ocasiones, para llegar a nuestro interior, hay que soltar cosas, alejarte de personas aunque las quieras, y llega un momento en el que al hacerlo, ya no tienes miedo de quedarte sola. Prefieres tu soledad antes que tu inestabilidad emocional, y déjame decirte, que cuando sueltas y confías, te sientes plena. Avanzas como persona.

Todo se reduce a la Neurociencia.

Estos meses me he dedicado profundamente a investigar por qué existen todos estos trastornos y cómo se pueden curar, gracias a un libro maravilloso del que después os dejaré el título.

Entenderme siempre había sido muy difícil para mí. Hasta hoy. Y soy una persona de lo más normal. Simplemente no sabía cómo segregar ciertas sustancias que las personas sin trastornos emocionales sí segregan.

Y aquí estoy yo para desmentir un mito.

Antiguamente se le daba menos visibilidad a la salud mental (desde hace relativamente poco se habla de ella).

Casi todo el mundo pensaba que las personas que tomaban medicación estaban locos, y que ir al psiquiatra es ir al «loquero».

 Desgraciadamente hay gente que aún lo piensa, pero yo a esas personas las suelo llamar ignorantes. Y voy a explicar el porqué.

A las personas que padecemos trastornos de conducta y emocionales nos faltan unas sustancias en el cerebro como por ejemplo la serotonina, la oxitocina y las endorfinas. Digamos «las hormonas o sustancias de la felicidad», para que se entienda mejor.

Por lo tanto, la labor de las pastillas, es proporcionarte PARTE de esas sustancias, haciendo así que las segregues con una ayuda externa.

Pero lo cierto y lo que más feliz me hace, es que nos podemos curar, y podemos segregar nuestras propias sustancias sin falta de pastillas, siguiendo determinadas pautas y con una serie de herramientas que durante los últimos tres años he ido descubriendo.

Lo que os voy a contar a continuación, no tiene nada que ver con lo «espiritual». Es ciencia pura.

NOTICIÓN: ¡No nos pasa nada extraño! simplemente producimos un nivel de cortisol muy por encima de lo que deberíamos producir. El cortisol es la hormona del estrés, de la angustia. Ella es la culpable de que sientas esa presión en el pecho y esas ganas de mandar todo a la mierda. Es la sustancia «mala». Aunque en realidad se asemeja al colesterol, ya que es bueno tener, pero no a niveles altos.

El cortisol es aquello que nos pone en alerta y prepara nuestro cuerpo ante una situación de peligro. Pero al sobrepensar demasiado las cosas y no saber gestionar las emociones y situaciones, QUE ES EL ÚNICO PROBLEMA QUE TENEMOS, esta hormona se dispara y de pronto… ¡PUM! Angustia, ansiedad, depresión, apatía…

Llegados a este punto y entendiendo todos estos conceptos, suelta ese suspiro de alivio porque te voy a contar el secreto de cómo pasé de tener la autoestima por los suelos, miedo a todo, angustia constante, síntomas físicos a ser feliz al 67% (ya que aún me queda camino por recorrer).

A día de hoy me siento la mejor versión de mí misma hasta el momento, y os voy a contar otra curiosidad.

Siempre me dijeron que al hacer la comunión o confirmarse «sentían cómo Dios entraba en su cuerpo», y yo, que soy creyente (llámalo Dios, llámalo universo, llámalo X), pero no me identifico con ninguna religión ya que considero que ha sido inventada por el hombre, decía «¿Cómo puede ser posible?». Y a día de hoy he sentido varias veces lo que yo llamo la plenitud.

A mí me pasa cuando ayudo a las personas y resuelvo sus problemas o las hago sentir un poco mejor.

Recuerdo un día, que estaba sentada en la parada del bus, y se me acercó un anciano enfermo y me dijo «Qué bonita eres, pero te lo digo con la admiración de un abuelo, no me malinterpretes».

Eso causó simpatía en mí y empecé a hablar con él.

Se notaba que estaba muy solo, ya que estuvimos hablando un largo rato hasta que llegó su autobús para llevarle al hospital.

Al despedirse me dijo «Eres muy buena persona» y ahí fue cuando comprendí de qué se trataba. Un sentimiento indescifrable recorrió mi cuerpo, una especie de sentimientos entremezclados: emoción, alivio, tristeza, alegría, orgullo. Algo inexplicable y precioso. De hecho al escribirlo estoy sonriendo. Esa es la verdadera felicidad.

A día de hoy me dan pena los acosadores, la gente mala. Porque son personas inseguras, con muchos demonios dentro y muchísimo cortisol acumulado y nunca sabrán lo que es la paz y por tanto, tampoco la felicidad.

Como no soy la autora del libro que me está cambiando la vida, y por lo tanto no tengo derechos de autor, no puedo descifraros toda la información que lleva el libro, pero es una joya y os invito a leerlo:

«CÓMO HACER QUE TE PASEN COSAS BUENAS»- MARIAN ROJAS ESTAPÉ

¡ÁNIMO LECTORES!”

Se puede acceder al blog en el siguiente enlace: https://deregresoacasa56.blogspot.com/2022/09/la-felicidad-y-un-poco-de-neurociencia.html