Tenemos un derredor ambiental que nos trajina en nuestro hacer de cotidianeidad, mostrándose como presente acaparador, cuasi en forma mayestática, haciendo en su expresiva actuación una completista expresión argumental.
A veces acontece que situaciones, de ambientación general óptima, que nos parecen de la mayor normalidad procedimental, si las escudriñamos y oteamos/miramos/observamos con atención, puede que incluso con suma atención, da la impresión ya, puede que hasta incluso más que la impresión, que quedan como un tanto alicortas, como desvaídas y hasta posiblemente enmudecidas sobre su percepción original, lo cual desdice de la catalogación inicial que sobre ellas habíamos tomado.
Tenemos un comienzo, un trasunto y un final que, por diversos vericuetos nos aproximan a los hechos, aconteceres y formalizaciones que, ahora, desde lo pretérito instrumentalizamos.
Tal consideración precedente, ya nos hizo sopesar, en el pasado no muy lejano, sobre diversas situaciones qué se nos presentaban en los ambientes de nuestros entornos próximos de convivencialidad, en lo que, en gran parte, es la continuación de los hábitats, de nuestras sagas familiares y que, a todas luces, podrían ser analizadas, valoradas, ponderadas y, si se nos permite, explicitadas.
Sabido es que el pasado, en alguna o en muchas formas, toma carta de futuro desde el presente y en tal trayectoria va integralmente interaccionando.
En atención a ello escribíamos aquello de: “Tenemos una historia de España que si fue lo que fue, y también, así parece ser, otra historia de España que es la que se decidió, en algún momento del Siglo XVIII y ya de lleno en el Siglo XIX, por la ´autoridad competente´ -.- cuasi obligada y necesariamente política -.-, desde posiciones ciertamente más o menos tomadas como liberales {-.- que puede arrancar del “Informe Quintana” (9-9-1813)-.- “un programa de reformas radicales , en el que se añadían a aquella voluntad centralista y uniformista ilustrada, unos objetivos más acordes con la ideología liberal de la que partían,…” -.- en la “acomodación de las enseñanzas” a impartir, y enlazar en alguna forma, después de varios vericuetos, con La Ley Moyano (9-9-1857) -.-}.
No se ve, en lo que señalamos, asomo de circunstancialidad o atisbo de ocasionalidad y sí, ¡y directamente!, actuación propedéutica consiguiente de creación interpretativa.
Tal proceder se efectuó, así es sí así parece, en aras de un “no se sabe bien el qué” pero si que fue contra la integral Corona Leonesa , y en la disponibilidad de “una centralidad de cuyo nombre no quiero acordarme” {-.- y como homenaje a Miguel (el que era de Cervantes de Sanabria), como Teresa ( la que era de Cepeda) o Núñez (ese que era de Balboa, ¡si hombre!, el que se acompañaba con su mastín Leoncico) -.-}, dando paso a `una acción lineal de aplicabilidad efectiva, donde han quedado una especie de `lagunas a-explicativas´ en el concreto solar hispánico, que están siendo rellenadas por el esfuerzo, digno del mayor de los aplausos, de profesionales y eruditos territoriales (-.- locales, provinciales, regionales, nacionales y hasta hispanistas foráneos -.-) por sí o a través de los centros asociativos de estudios locales, que contribuyen a un mayor y mejor conocimiento de nuestro pasado” y otros medios de difusión.
La génesis de la centralidad -. -de la tramoya más o menos organizativa de la “gobernanza de la centralidad” -.- no solo es que pudiera analizarse, lo cual parece más simple, es que también debiera, con todo su elenco dispositivo, en forma amplia, y hasta pormenorizadamente, también explicarse.
Sobre “La Pepa” (19-3-1812), parece que se ha escrito mucho y pudiera acontecer, es un suponer que apuntamos, que se ha dicho poco, tal pudiera ser así que apenas se cita aquello de que tras la promulgación del texto constitucional precitado, parece que algunos “padres de la patria”, y dentro de la explicitación de su adscripción ideológica: la liberal(¿?), consideraron la necesidad, por mor de la aplicabilidad de tanto la propia nueva Constitución como de los “principios ideológicos” que la apoyaban, de establecer una “LGIP” {-.- Ley General de Instrucción Pública -.-}, y es en atención a ello que el propio “Despacho de la Gobernación” 16-3-1813 estableció la “JIP”{-.- Junta de Instrucción Pública -.-}, encargándole un “Informe” (el 18-6-1813) sobre tal temática que fue conjuntado en Cádiz.
O sea, no solo se traía una “ley de leyes” [-.- en forma de texto de Constitución Española -.-] a la palestra de la actualidad, también se quería adecuar, de “oblogada forma instructiva” y/o de “pensamiento guiado”, al respetado y aclamado “pueblo soberano”.
El “Informe”, el llamado “Informe Quintana”, donde los firmantes el 9-9-1913 eran provenientes de “ambos bandos liberales” [-.- hermanadamente actuantes en una posible convergencia de intereses -.-], fue signado por los diputados: Martín González de Navas, José de Vargas Ponce, Eugenio de Tapia, Diego Clemencín, Ramón Gil de la Cuadra y Manuel José Quintana, miembros de la “JIP”{-.- donde la “Escuela de Salamanca” (S. XVIII) no anda muy lejana -.-}, de donde entresacamos aquello de: “.que entrásemos en la formación de un plan general y particular de estudios en que estuviesen determinados y prescritos no sólo los conocimientos y doctrinas que forman el objeto de la enseñanza pública, sino también los métodos, los libros, la distribución de tiempo, y el arreglo económico y gubernativo de todos los establecimientos que han de servir a la instrucción nacional”.
Puede que la expresión precedente no haya calado, a la profundidad necesaria, sobre aspectos tales como: (1º) Plan General y Plan Particular; (2º) Estudios Determinados y Prescritos; (3º) Conocimientos y Doctrinas; (4º) Objeto de la Enseñanza Pública; (6º) Métodos, Libros y Distribución temporal y (7º) Modelación de los Espacios Educativos, pero parece indudable que se efectuaba al servicio de la gobernanza de la centralidad, en lo que, y en principio, se consideraba: (1º) tanto de su propio interés (¿político?), (2º) como de su provecho (¿político?) y (3º) hasta de su utilidad (¿política?).
Es posible que el “Informe Quintana”, junto a `sus buenas iniciales intenciones pudo, en un tal vez, traer [aparejadamente] después ciertas prácticas de centralidad [-.- en la gobernanza de la centralidad -.-] y, con paso del tiempo, algunos posibles obscurecimientos, de algunas partes de la pretérita Hispania y, hasta incluso, de la ya contemporánea España, donde nos parece haber percibido como: (1ª) una cierta intencionalidad y (2ª) una explicita animosidad -.- por los sucesivos gobiernos del Reino y/o Corona de España de turno -.- en acción: (1ª) tanto negativizadora y (2ª) como lesiva, para con las cuatro regiones históricas de toda la Corona Leonesa {Extremadura+Reino Leonés+Galicia +Asturias } y cuyo estrambote, para nosotros de total anacronismo y completamente infumable, fue el cierre de la “Línea Ferroviaria de La Vía de la Plata” en el año 1985.
De como las narraciones integrales (humanas, sociales, culturales, antropológicas, económicas y políticas), que vienen del “frío relator del pasado”, son causa de anómalos actos intervinientes del presente, es algo que ya parece, y con bastante fundamento, no admitir duda alguna.
Desde tal organización gubernamental, inducida precedentemente, tenemos que el territorio de la zona/franja/espacio que corresponde al oeste peninsular -.- once provincias ligadas a las cercanías y/o proximidad de “La Raya” de Portugal, desde el meridiano de Huelva hacia el noroeste -.-, pudiera ser considerada que está como un tanto ajena, puede que oscurecida, a las curriculares prescripciones descriptivas históricas de los textos escolares de primaria y secundaria, sin que, y en principio, entremos en la formación universitaria,, y con más que [observable] cierta escasez, por no decir evidente ausencia, de datos referenciales a la hora de su seguimiento, lo cual desmerece sobre la, para algunos entre los que nos encontramos, muy alta importancia y trascendencia de la misma.
Resulta más que clarificante, el que si “toda la parte noroeste del territorio español”, sea: (1ª) tanto impelidamente y (2ª) como continuadamente, se ha sometido a una “oficial interpretación integral” (humana, social, cultural, antropológica, económica y política), que ha traído su constatable ausencia presencial en los niveles oficiales instruccionales [-.- pensemos ahora solo inicialmente en las enseñanzas primaria y secundaria, para que, en llegado su momento, también lo podamos argumentar en la enseñanza universitaria y sus posteriores sistemas de investigación doctoral y/o masters aducentes -.-], ello se hacía en aras de otras potenciaciones, ¡ y de otros territorios!, más gratas a los ojos de la centralidad [-.- la gobernanza de la centralidad -.]
Es desde hace tiempo que ya instamos decididamente y en proceder positivo, desde nuestro aquí [-.- en nuestros entornos convivenciales de proximidad-.-] , y en nuestro ahora [-.- del tiempo integral en que nos ha tocado vivir -.-], para iniciáticamente animar a todos y cada uno de los ciudadanos del “espacio hispánico integral” (humano, social, cultural, antropológico, educativo, ambiental, económico y político) de la milenaria Corona Leonesa {Extremadura+Reino Leonés+Galicia +Asturias} -.- ahora con 5.688.555 habitantes (5.714.707 habitantes en 2021) y un extensión de 120.304 km2 -.-, sean tanto como residentes en el territorio de estas cuatro fraternales regiones históricas y/o vivan en la diáspora de la muy abundante emigración de la misma [tanto en territorio español como en el resto del mundo (principalmente en Europa y América)].
La suerte de la aparición, a niveles oficiales expositivos instruccionales, de las diez provincias consideradas del territorio del noroeste español, pudiera ser que esté un tanto o un mucho ligado a sus niveles de bienestar y/o residenciabilidad y, sobre todo, de valoración ( tanto por propios como por extraños) , lo cual les puede repercutir en sus acomodos poblacionales residenciales y, por ende, sobre el sufrimiento de continuas galopantes despoblaciones. Algo que, desde nuestra estimación particular y no profesionalizada, se debería tener en cuenta.
Hacemos pretensión para que en la Corona Leonesa, tanto desde el propio hacer cívico singular e individualizado o en su composición mancomunada plural y/o grupal afín asociativa, celebrar conmemorativamente, festivamente, ¡ y entusiásticamente!, de `intencionada manera pro activa´, en la fecha del 23-abril-2023, una de las efemérides, para algunos, más importantes de la leoneseidad global, ¡de extraordinaria pujante leonesía!, socialmente convergente en la leoneidad, que coadyuvadantemente anida en estas nuestras regiones bi-constitucionales, que lo son, tanto con la “Constitución`1931” como con la “Constitución´1978”, de la España Nación y de la Unión Europea.
Con independencia y salvedad del sistema instructivo imperante [-.- en el dominio de la gobernanza de la centralidad -.-], parece que debemos arrimar el hombro, unos y otros, en aras de la recuperación de lo que si debe ser el discurso narrativo de una memoria integral del noroeste del territorio español, que de fe pública de su: (1º) presenciabilidad en el pasado y (2º) existencialidad en el presente.
Partimos [originariamente] con nuestra común raíz hispánica visigoda, venimos del ayer pre-nacional hispánico, estamos en el momento constituyente del hoy (¡lo estamos desde el 29-12-1978!), en asunción, también constitucional, de otras lecturas pretéritas y, ¡por nuestra libre decisión!, queremos vivir aquí, aun a pesar de las actuales circunstancias de enclaustramiento, para el mañana más halagüeño, cualitativamente más óptimo y cuantitativamente más convergente, de tal forma/modo/manera que ese acto vivificante nos sea, en todo modo y referencial situación, a plenitud constitucional. Por eso es el hacer presente, y en estos momentos, el “Cáceres´ (23-abril-1229)” ya que entrelaza todo el espacio territorial noroeste de la base geográfica física de nuestra España Nación.
La “CE´1978”, se mire por donde se mire, nos hizo iguales a todos los ciudadanos de la Nación Española y a sus quince regiones españolas, para una acción futura de solidaridad entre todos y entre todas, que debe ser llevada a feliz término en la hermandad convivencial y sin protagonismos excluyentes en todos los lugares del territorio español y en todos y cada uno de los momentos y situaciones de todos ellos, sin conductismos atávicos ni consignas estrafalarias.
Comprometidamente hacemos el propósito de `caminar junto a los demás´ por nuestro ancestral pasado integral (cultural e histórico). Intencionadamente queremos poner ya, entre todos, y de actualidad, ¡en el tiempo presente!, desde la opción constitucional del `regionalismo constructivo´ (activado por ciudadanos regionales residentes y emigrantes), la histórica, leonesa e hispánica fecha del 23-abril-1229, en la asumida herencia del legado (al grato y mayestático recuerdo) identitario, que impregnado en todos nosotros: los que habitamos el noroeste hispánico, hemos recibido y que, viviendo en todos nosotros ( desde nuestras herencias culturales de las sagas familiares), nos ubica y sitúa ambientalmente en los procesos, decires, haceres, sabores, ritos, sones, formas, maneras y situaciones inherentes `en y desde´ el Siglo XIII.
Lo inmediatamente precedente no es otra cosa que, en forma práctica y mancomunada, poner en procedimiento activo el propio Preámbulo de la Constitución Española [-.- aquella que votamos muchos ciudadanos españoles el día 6-12-1978 -.-]
Venimos en la Corona Leonesa desde el pasado común, cuando los ejércitos con “el león rampante de color purpura”, a través de “La Vía Dalmacia”, del Regnum Imperiun Hispánico de la Corona leonesa [-.- insertada de siempre en el hacer amplio y global de lo ibérico y europeo a través de todas y cada una de las rutas jacobeas -.-] , comandados por el Rey Emperador Alfonso IX de León (-.- nacido en la leonesa ciudad de Zamora -.-), reconquistaron la ciudad de Cáceres en la Extremadura Leonesa y dieron, con ello, ¡y por ello!, señal de fuerte espaldarazo, intención de decidido paso y realidad de gran impulso a la Reconquista de la Hispania toda ( `de la raíz visigoda´), uniendo tal proceso al de otros precedentes y quedándolo ligado para otros futuros.
No se puede seguir ya con una descripción unilateral de la Edad Media, de la época de la Reconquista, que de forma arto evidente, a niveles instruccionales ( de enseñanza primaria y de enseñanza secundaria), excluye las aportaciones genuinamente leonesas, cubriendo tal espacio de un amplio velo de oscurantismo y aorillándolo, sin razón alguna, de cara a la Edad Moderna y a la Edad Contemporánea.
`Lo leonés´, ¡lo hispánico leonés!, en la dimensionalidad de toda la Corona Leonesa, no es, ¡nunca lo ha sido!, una casualidad circunstancial y si, ¡y siempre!, el bucle obligado interactivo e interpretativo permanente de la global historia hispánica.
Los ampliamente leoneses ( de toda la Corona Leonesa y sus cuatro regiones constitucionales, ya como contemporáneos ciudadanos regionales: extremeños, leoneses, gallegos y asturianos), en el pasado histórico de la España Nación, están en el hacer constructivo convergente de la misma, y en todos aquellos hitos en que, para su mantenimiento y prevalencia, se tuvo que defenderla de la intromisión foránea.
Este ahora de traer al presente el pasado, no es algo ocasional ya que, y al mismo tiempo, posibilitamos intencionada e instrumentalmente que tal y tan concreto recordatorio de Cáceres´(23- abril-1229), en el criterio de los que, a pesar de todos los inconvenientes y cortapisas (traducidos en anulaciones históricas, silencios culturales, enredos centralizantes e imposiciones económicas), seguimos, desde la memoria vivencial de nuestras ancestrales sagas (-.- de nuestros padres y ascendientes -.-), siendo regionales leoneses y leonesas, es: (1º) de carácter intencionalmente convergente, (2º) ideológicamente abierto y (3º) socialmente sumativo a cualquier otro evento que, por diversas razones, se celebre en pro de la potenciación y proyección actual, ¡y democrática!, dentro de la Corona Leonesa.
Claro que hablamos del “Cáceres a 23-abril-1229”, que lo hacemos al momento del “Cáceres a 23-abril-2023” y claro que pensamos en “Cáceres a 23-abril-2029”, o sea en su “VIII Centenario”. Hete aquí que hablamos, ¡que sí que hablamos!, de una oportunidad, ¡ya en camino!, para todo el noroeste del territorio español, desde Huelva hasta Asturias y hacia el oeste.
Tal propósito precedente es máxime si, como está sucediendo por la crisis socioeconómica que aún nos atenazaba y que ahora, ante la excepcional gravedad de la situación presente, puede reproducirse en aún mayor exposición con la aún persistente pandemia del COVID´19, ello conllevaría, en nuestra intención, a la afloración regenerativa, ¡a todas luces necesaria y urgente!, de pozos de empleo y/o el desarrollo de las sinergias positivas de la actividad productiva en nuestras ahora ancladas, depauperadas y cuasi abandonadas, aquejadas de despoblación cuasi galopante, comarcas naturales.
Basta seguir las series poblacionales del INE, para darse perfecta cuenta de que estamos hablando sobre Extremadura, Reino Leonés, Galicia y Asturias, cuando hablamos de despoblación galopante.
Instamos, en el aquí y en el ahora del hoy, con total y fraternal mano abierta hacia todos, a celebrar el “Cáceres´23-abril-1229”, en la fecha del 23-abril-2023, haciendo explícitamente, desde la consideración regionalista, y con ello con completa visión española, del espacio integral, un sentido práctico y próximo de máxima utilidad ciudadana (del día a día)-.-“por utilidad de mi Reino” decía Alfonso IX-.-.,en aras de regenerar, ¡entre todos!, en toda nuestra Corona Leonesa {Extremadura+Reino Leonés+ Galicia +Asturias}, la real practicidad del Preámbulo de la Constitución´1978 y de cómo este se enlaza con la plural europeidad, de la que tiene que ser un máximo exponente, cimera predilecta y luz guía de todo el cuadrante noroeste del territorio de la España Nación.
Celebrar el “Cáceres´23-abril-1229”, es una forma, ¡otra más!, de hacer práctica ciudadana sobre el texto, ¡completo texto!, de la Constitución Española y de hacerlo de una forma natural siendo, ¡y desde siempre!, lo que ya regionalmente nuestros padres fueron, o sea de aquí: extremeños, leoneses, gallegos y asturianos, y siempre españoles, que ahora, ¡por supuesto!, mantenemos y agrandamos con vitola europea, en cuya construcción, de toda la Unión Europea, nos sentimos igualmente identificados.
Sea celebrado ya el “Cáceres´23-abril-1229”.
Francisco Iglesias Carreño*
* Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´Ocampo