¿Qué será de mí? ¿Qué será de nosotros? Me pregunto mientras escribo estas letras, después de leer que la inteligencia artificial ya simula prácticamente todo lo que pueda hacer un humano. Ahora sí que apelo al texto imaginario de “El hogar de la vida”. En este capítulo octogésimo primero, quiero llamar a Naturaleza para que si la cosa se pone más fea de lo que ya está, nos envíe como en la serie “El hogar de la vida” a vivir bajo Tierra, para salvarnos y que la humanidad pueda llegar al 3.023. Si la Inteligencia Artificial (IA) se equivoca, puede encaminarnos al abismo. Puede que me esté poniendo muy radical, pero el ser humano, hasta ahora, ha tenido muy buenos aciertos y avances en la ciencia, aunque por contrapartida, siempre existen los que quieren dominar y ser los únicos que puedan disfrutar de las ventajas que ofrecen la tecnología y la ciencia.
¿Estas frases anteriores las he escrito yo, o ha sido un robot programado para ello?
— Creo que he sido yo, no tu. Si yo, el robot que te va a sustituir y a trabajar a destajo simplemente con que alguien me ponga en marcha. Soy yo el que ha escrito las frases anteriores.
Llegará un momento en el que, si todo va tan rápido no sabremos si estamos leyendo un libro creado por un robot o está escrito por una persona. Es posible que veamos películas sin protagonistas de carne y hueso. Pero lo peor de todo, será que la IA también estará en manos de poderosos con intenciones poco sanas, en cuyo caso, la humanidad acabará esclavizada y atemorizada por hombres de cables y lata que han sido creados por los propios seres humanos.
Neuronada: Para una gran mayoría de la humanidad, ya hace tiempo que desapareció de sus rutinas, vivir dignamente. Si la IA entra, que ya está entrando, en el día a día, entonces lo de tener atención personalizada, lo de tener buen trato en los lugares públicos, lo de repartir equitativamente los recursos, lo de tener empatía con el otro…, todo quedará en agua de borrajas. Siento este pesimismo, pero se avecinan tiempos en los que no sabremos muy bien como reconocer al, o a lo qué tenemos delante. Mientras tanto, procuremos vivir y dejar vivir.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.