El equipo internacional que dirige analiza en Madagascar, Sudáfrica y Mozambique la incidencia en el cambio climático, la biodiversidad y los medios de subsistencia.

Víctor Fernández García, egresado de la Universidad de León (ULE), institución en la que obtuvo la licenciatura en Ciencias Ambientales y el Máster en Riesgos Naturales, con premio extraordinario, y Doctor cum laude en ciencias (Ecología) con mención internacional, también con premio extraordinario, es el miembro principal del proyecto internacional de investigación denominado ‘Fire regimes and ecosystem services in African biodiversity hotspots’ (Regímenes de incendios y efectos ecosistémicos en zonas críticas de biodiversidad en África), que se está desarrollando en Madagascar, Sudáfrica y Mozambique.

El investigador de la ULE explica que el principal objetivo del proyecto es “identificar estrategias de gestión de incendios que puedan compatibilizar la lucha contra el cambio climático y la preservación de la biodiversidad vegetal, así como el mantenimiento de las formas de vida y medios de subsistencia locales. Se trata de un desafío complejo, ya que cada uno de dichos aspectos mencionados presenta numerosos interrogantes”.

El proyecto cuenta con la financiación de la Swiss Network for International Studies y la participación de diversas instituciones (Universidad de León – ULE, Université de Lausanne, Swansea University, South African National Parks, Université d’Antananarivo, Universidade Eduardo Mondlane, FAO y la colaboración de otras entidades). Hay que señalar que Víctor Fernández García trabaja en el GEAT (Grupo de Ecología Aplicada y Teledetección) de la ULE, y en el grupo del Dr. Kull en la Université de Lausanne (Suiza), gracias a un contrato postdoctoral ‘Margarita Salas’.

ESTRATEGIAS DE PRESERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD VEGETAL

El primer gran reto del proyecto ha sido la caracterización de los regímenes de incendios en las zonas de estudio (biomas abiertos de Madagascar, Sudáfrica y Mozambique). Esta tarea se abordó por medio de técnicas y satélites de última generación, dando lugar a una base de datos excepcional que ha permitido identificar la superficie anual quemada en Madagascar, que es cuatro veces más que la cuantificada hasta el momento por los productos globales existentes, lo que revela que más de un 20% de la superficie de esta isla arde cada año.

En el caso de la lucha contra el cambio climático, el equipo investigador está analizando cómo cambian los stocks de carbono en el suelo, litera y vegetación bajo diferentes condiciones de incendios. Los primeros resultados indican diferencias entre los sistemas de sabana y de pradera, particularmente en relación con el carbono almacenado en el suelo, lo que está motivando un análisis en profundidad de las diferentes formas de carbono y de su persistencia en el tiempo.

“En cuanto a la biodiversidad vegetal, – apunta Víctor Fernández García-, se han tomado datos de las especies vegetales presentes, para estudiar cómo cambia la riqueza y la composición de las mismas bajo diferentes regímenes de incendios”.

“Asimismo, -añade el investigador-, se ha recogido información a través de encuestas a la población local para conocer mejor las causas que motivan el uso del fuego por parte de las comunidades rurales, donde coexisten una variedad de intereses agrícolas, ganaderos e incluso sociales como la seguridad, vandalismo o protesta”.

El desarrollo del proyecto permitirá comprender mejor la magnitud de la problemática de los incendios, y tratará de identificar escenarios potenciales que permitan la coexistencia de los distintos intereses, tanto globales (cambio climático y biodiversidad), como locales (medios de subsistencia) en zonas con una economía altamente vulnerable.