El grupo de investigación TAFI participa en un proyecto europeo sobre aprovechamiento de residuos forestales y mineros para la impresión 3D.
El proyecto de investigación europeo NaturFAB ya está dando sus primeros pasos en la Escuela de Ingeniería Industrial, Informática y Aeroespacial (EIIIA) de la Universidad de León (ULE), uno de los socios de este estudio concedido en la convocatoria Interreg-Poctep, que cuenta con once participantes, siendo la Universidad de Salamanca la coordinadora del proyecto.
El grupo de investigación TAFI (Tecnologías Avanzadas de Fabricación e Inspección) de la ULE es uno de los socios tecnológicos involucrados en este proyecto, que intenta fomentar la economía circular a través de la creación de materiales para la impresión 3D o fabricación aditiva que surjan de residuos de origen agrícola, forestal y mineral y que se puedan, además, encontrar fácilmente tanto en Castilla y León como en la zona norte de Portugal.
Uno de los objetivos del proyecto es la búsqueda de materiales sostenibles como materia prima para la elaboración de filamentos para impresión 3D. En los ámbitos, tanto agrario y forestal como minero, existen materiales que no se pueden aprovechar y una solución sería darles una segunda vida a esos residuos. Residuos que, además, se puedan encontrar de manera endógena en el propio territorio, donde hay numerosas fuentes procedentes de la actividad minera, agrícola o forestal, que abundan en nuestra región y, además, son baratos.
FILAMENTOS PARA LA IMPRESIÓN 3D DE GRAN TAMAÑO
Dicha materia prima será la base con la que elaborar filamentos para la impresión 3D, especialmente para impresoras de gran tamaño, con las que se podrían elaborar piezas más grandes y con mejores propiedades que con las máquinas convencionales, pudiendo adaptarse a las necesidades de la industria. Esta materia prima para impresión 3D con residuos cercanos ayudará no solo a fabricar materiales más ecológicos, sino que se reduciría la huella de carbono.
El proyecto, que cuenta con un presupuesto de más de un millón de euros, tiene una duración de tres años para desarrollar estos nuevos materiales y transferir todo ello a procesos de fabricación industriales.
Además de la ULE, a través de la EIIIA y su grupo TAFI, cuenta con la Universidad de Salamanca, a través de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Zamora (como coordinadora del proyecto), el Instituto Politécnica de Braganza, la Diputación Provincial de Ávila, la Junta de Castilla y León, la Cámara de Comercio e Industria de Zamora, la Asociación Empresarial del Distrito de Braganza y Ecopark, también en Portugal.
El proyecto cuenta además con varias entidades como asociadas y otras colaboradoras.
Entre ellas, destacan por su presencia en la región de León dos de ellas, la Fundación Cerezales Antonino y Cinia y la empresa León3D. En el primer caso se pretende que a través de la Fundación se dé aplicabilidad y visibilidad a la fabricación de objetos a partir de materiales ecológicos y biodegradables asociado a una estética más cercana a la naturaleza. En el caso de Leon3D dará soporte a la fabricación de los filamentos con carga de residuos minerales mineral.