Llegó al hospital con mucho dolor de corazón, aunque ningún doctor atinó con el diagnóstico. Era una muchacha joven, la del dolor de corazón, digo, muy joven para estar tan herida por dentro. El equipo médico dictaminó influencia del medio ambiente negativo al que había que añadir, falta de trabajo, pocos recursos económicos y lo peor de todo; soledad, si soledad no querida. Soledad de esa que te arrastra por las esquinas de los huecos que se forman en las aglomeraciones. Soledad de esa que existe donde hay muchos individuos, pero no se rozan entre sí. Los aneurismas de soledad, desangran la íntima unión de la persona consigo misma. La muchacha cuyo dolor de corazón le produjo un aneurisma, tuvo suerte, con la medicación el abombamiento del vaso sanguíneo no reventó, pero ella quedó con una enorme calima que no la dejaba vislumbrar el entorno. Nohelia Alfonso en su novela “Amar a la bestia”, nos mantiene con la ansiedad de saber qué le pasará a la protagonista, cubriendo de calima metafórica las páginas de su novela, hasta que poco a poco, la calima va dejando paso a los caminos de los personajes
“Amar a la bestia”, ha sido galardonada con el “Camilo José Cela”, siendo su autora Nohelia Alfonso la persona más joven en conseguir tan distinguido premio. Digo que nos mantiene en esa calima de la que no somos capaces de apartarnos, porque queremos saber qué es lo que pasa en el renglón siguiente y en el siguiente y nos queremos comer las páginas para llegar a una cierta luz que se presiente según avanzas en la lectura. Combina en su prodigiosa prosa emoción, búsqueda, resistencia, amor por la lectura…
Lamiguería: Lo que he contado en los párrafos anteriores quiere ser una metáfora de un libro mágico que recorre otro libro mágico, que no voy a desvelar. Son migas de un pan horneado con suma delicadeza y lleno de la esencia del buen trigo, que nos lleva a sabores suculentos. Leer tiene premio, leer es encontrar y encontrarte con pedazos de la persona que hay en ti, de la que hubo, de la que habrá, pero sobre todo leer te lleva al mundo mágico de la imaginación donde escoges el personaje que tú quieres ser mientras estás atrapado en las líneas que otra imaginación ha creado para ti. Leer es un nexo de unión entre dos cerebros unidos por los dibujos mágicos que hacen las letras; dos cerebros, el de la escritora y el de la lectora que van creando dos historias muy distintas, aunque parezca que solamente es una. Ese es el verdadero milagro de la escritura y el de la lectura, convertir en varios caminos una sola senda. Por eso, y mucho más, “Amar a la bestia” de la jovencísima escritora Nohelia Alfonso, es un valor que cotiza en la bolsa de la emoción, de la entrega por la buena cosecha de letras y en el saber atraparte entre sus verbos. No te pierdas esta novela, es un viaje en tren de primera.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo