Las flores del bien son todas las Nevenkas que a lo largo de la historia han tenido, tienen y tendrán que entregar parte de su vida al demonio que se le acerca, y bajo un disfraz de hombre alegre, dicharachero, entregado, sabiondo, sibilino, y tantos adjetivos más, convierte a la persona a la que quiere manipular en su títere particular.

Lo más triste de todo es que la sociedad, la familia, el entorno, victimice al bicho y haga culpable a la víctima. Nos queda mucho camino que recorrer en esta sociedad, aún patriarcal que donde pone el ojo pone el peso de la desigualdad y la humillación. Por supuesto, hemos avanzado mucho también, pero seguimos a la zaga, esperando la aprobación del macho dominante. Tristeza, porque por culpa de eso se han perdido por el camino grandes y buenísimas maneras de ser y estar. Tristeza porque… ¿cuánto tiempo ha de pasar para que todos seamos personas sin mirar el sexo? Tristeza por todo el sufrimiento, que las mujeres se han tragado

Si el sufrimiento de las mujeres se pudiera convertir en energía, creo que las grandes empresas que se dedican a eso, caerían en picado en menos que canta un gallo.

Las flores del mal, un poemario escrito por Charles Baudelaire: (“se centra en la descripción del mal, en la apología de lo satánico y en el tratamiento del hombre como ser miserable y perverso y poseedor del cuerpo como instrumento par todo tipo de vicios”, entrecomillado ya que lo he copiado de Internet). Añadiría que aquí las mujeres, por suerte estamos muy poco representadas, al hombre, varón en este caso le gusta más ser poseedor, poder, tener, y todo eso, en muchos casos lo usa en contra de la otra. No enfadarse, que  también en la mujer, pero en muchísimo menos porcentaje, hay instintos…, digamos poco apetecibles.

Un detalle desesperanzador de la raza humana y que da la razón a Charles Baudelaire, es que cuando hay una guerra, una de las armas más lesivas, humillantes, espeluznantes y horribles es la violación de las mujeres, ahí las mujeres tenemos siempre las de perder, y eso dice mucho, ¿o lo dice todo? de lo que esa parte de la humanidad, llamada hombre (varón) es capaz de mostrar.

Lamiguería: Hoy la miguería se la quiero dedicar a Nevenka, una extraordinaria mujer muy valiente que dejó un extraordinario ejemplo para muchas. Han pasado veinte años desde aquel atroz suceso en el que Nevenka, como muchas mujeres, estaba sola, humillada, ultrajada, desarmada y hundida en la ansiedad y la tristeza, pero supo que tenía que luchar por su DIGNIDAD. Luchó y pudo rehacer su vida y ser feliz. Su consejo en la película es el de no callarse, contar, decir, denunciar, hacer estremecer a la sociedad con su relato para que cada vez seamos más visibles. Las mujeres somos personas igual de válidas que los hombres. Una cosita más para terminar, si no habéis visto la película, haceros un huequito, merece mucho la pena.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.