.- Como se preveía, el mes de septiembre ha dejado en la provincia de León malos datos en el terreno laboral con incremento del paro y pérdida de afiliados. El desempleo aumentó un 0,81% respecto a agosto, lo que se traduce en 168 parados más hasta alcanzar las 20.910 personas sin un trabajo.
La caída del turismo y la hostelería y en general el sector servicios en septiembre está detrás de esta subida del desempleo (son 289 parados más en este sector), mientras que el resto de los sectores lograron crear empleo, aunque fuera discretamente.
En el contexto autonómico el paro también subió, aunque en menor medida, en concreto, un 0,13%, excepto en las provincias de Valladolid y Palencia que lograron bajar sus cifras de desempleados en septiembre.
Comparando estas cifras con las de hace un año, observamos que el paro sigue reduciéndose en la provincia, pero a un ritmo mucho menor, solo un 2,85%, mientras que en Castilla y León y resto de España lo hace superando el 5%. (5,17% y 5,41% respectivamente).
Más preocupantes si cabe son las cifras de afiliación. La provincia de León perdió en septiembre un 0,5% de cotizantes respecto a agosto, (911 afiliados menos), bajando la cifra hasta los 169.426 afiliados a la Seguridad Social y rompiendo la tendencia de siete meses de incrementos. No obstante, y en términos interanuales, la afiliación creció un 1,3%, con 2.304 cotizantes más que hace un año, lo que no ha impedido que nos situemos a la cola de Castilla y León.
Si el pasado mes argumentábamos que el balance de este verano en el mercado laboral no era tan optimista como esperábamos, los datos de septiembre nos reafirman en la sensación de que las empresas están sufriendo un clima de negocio cada vez más nocivo que merma la competitividad. Realizar nuevas contrataciones es cada vez más difícil y arriesgado, por diversos factores: incremento de los costes laborales y fiscales, falta de seguridad jurídica, exceso de regulación, problemas para casar oferta y demanda de empleo, incertidumbre política, conflictos geopolíticos internacionales, etc.
Si a ello le sumamos las deficiencias y retrasos que arrastra la provincia en materia de infraestructuras y proyectos de inversión, el cóctel resultante no es muy propicio para incentivar la actividad productiva y el empleo de calidad