Palabras que hacen cuentos, / como migas que escriben una hogaza. / Palabras escogidas, suaves, queridas, / migas que llenan el corazón de la niña / que se esconde en las vísceras del ayer. / Voy leyendo los cuentos para Cloe / como si fuera la misma Cloe. / Sintiendo como se calientan / las pequeñas articulaciones / ahí donde residen las canciones de cuna, / aquellas con las que madre / me untaba la piel del alma. / Leyendo esa casa de palabras hermosas / que es el cuento de Maria Antonia Alejandro Masedo, / titulado “Cuentos para Cloe / y una canción de cuna” / se me ha puesto rico el día, / la imaginación de Maria Antonia, / me ha llevado por caminos de sonrisas, / por aprendizajes de sueños. / Sueños en los que los ciempiés, / tienen zapatos distintos, / uno para cada pie, porque cada pie, / requiere un cuidado distinto. / También en esa casa de palabras, / del cuento de Maria Antonia, / vive una gallina que sabe mucho de deseos. / Otro cuento, Elisa, la rana, / ¡qué hermosa historia, / pero no, no voy a seguir desmigando el libro. / Será mucho mejor que lo pongáis en vuestras manos, / y lo leáis o se lo leáis a esa pequeña / que se asoma por entre los resquicios / de la vida ya casi en puntos suspensivos. / Si, miga a miga, historia a historia, / Maria Antonia nos deja una recopilación / de vuelos, digo de cuentos, / en este libro titulado: / Cuentos para Cloe y una canción de cuna.
Termino este escrito, copiando textualmente la penúltima página del cuento. “A la nana nanita, nanita nana / Beso tu frente pura, beso tu alma / A la nana nanita, nanita nana / A tu oído canta un jilguero / Hasta mañana.
Para todos los niños porque se merecen lo mejor de nosotros.”
Maria Antonia Alejandro Masedo, ha convertido su preciosa imaginación en un cuento exquisito que hace sonreír, reír, y habla de lo bueno, que tanta falta hace, eso, hablar de lo bueno, para que el sentir universal role hacia la luz.
Lamiguería: Después de las líneas anteriores, parece muy duro hablar de otras líneas, las líneas de las guerras, pero estamos inmersos en productos bélicos que solo la humanidad fabrica y que nos muestran lo peor de este animal que nos transporta por la vida como si fuera el único que la habita.
Somos animales capaces de lo mejor y lo peor, y también de echar la culpa a los demás de nuestras propias inmundicias. Eso se está demostrando en Ucrania, Gaza, Líbano… Que la ruina se acabe pronto.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo