Del pan de la vida, salen las migas / que alimentarán la existencia. /  Ese pan que circula por nuestras venas, / convertido en sangre. /  Miga de pan, gota de sangre, / Vida en el pan, vida en la sangre. / Miga de sangre, gota de pan. /  El pan de la sangre, / son los donantes. / Cada donante una miga / que lleva razón de existir / a las venas que esperan salud. / Miga de sangre, gota de pan, / vida en el pan, vida en la sangre. / Desde el ángulo luminoso / de la donación, se llega, se crea, / se conserva, se entrelaza / la urdimbre que tejen los hilos / solidarios del cauce, / más necesario de todos. / Miga de sangre, gota de pan, / vida en el pan, vida en la sangre. / Las venas que transitan / los caminos escabrosos de la enfermedad, / se van dormitando, se cansan / de su rutinario caminar; / no tienen el impulso de seguir. / Miga de sangre, gota de pan, / vida en el pan, vida en la sangre./ Y…, como una magia que viene / de otra esfera, de otro ser poderoso, / la bolsa que trae el líquido rubí de la vida; / aparece en el camino del enfermo, / haciendo huella, / dando oxígeno a su existencia. / Miga de sangre, gota de pan, / vida en el pan, vida en la sangre. / El recibidor de la sangre nueva, / se levanta de la hojarasca / casi seca que ya era. / Se reencuentra consigo / nuevamente en el camino. / ¿Quién le ha resucitado, / quién le ha tendido su sangre en el camino? / Nunca lo sabrá, por eso decide / abrazar a toda la familia / que regala tanta vida con tanta solidaridad. / De no ser por ellos, por los donantes, / habría muchas huellas muertas / en los caminos de los días difíciles. / Miga de sangre, gota de pan, / vida en el pan, vida en la sangre.

Lamiguería: La Hermandad de Donantes de Sangre de León, sigue haciendo su camino solidario, aportando su labor desde hace muchos años. Aquí en Veguellina de Órbigo, siempre se ha recogido muy buena cantidad de sangre. Si bien es verdad que el relevo            generacional, no es el deseado. No somos conscientes de que la sangre es absolutamente necesaria y de que no se puede fabricar mas que en el cuerpo humano. Aunque sea por egoísmo, debemos acudir a donar, ya que en nuestras últimas etapas de la vida, si no es antes, vamos a necesitar aportación de sangre y…, quizás si nunca hemos donado, no tengamos la suerte de poder disfrutar de reservas en los hospitales.

          Es de agradecer la labor de nuestro delegado en Veguellina de Órbigo, D. José Ignacio Castañosa Pellicena, que se ocupa, entre otras labores de establecer contacto con los donantes y ayudarles en cualquier vacilación.

Donar es multiplicarte, es hacerte fuerte en el camino de los demás y en el tuyo propio. No esperes, tu sangre puede rehacer huellas en el camino.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.