Fotografías de Isaac Llamazares.

Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´Ocampo

La edades leonesas del hombre, también llevan aparejado, de forma inherente, las memorias históricas leonesas del  hombre. Es lo que hemos  denominado la «Memoria histórica» de «nuestra gente y de nuestra tierra», que  en la Corona Leonesa, en el ambiente de la regionalidad leonesa,nos ha llevado a intentar, una y otra vez, por los recorridos de nuestros espacios y entornos de convivencia próximos -en las comarcas naturales y sus municipios-, a la recuperación integral, desde la plenitud antropológica en nuestro ámbito leonés, de sus «señas de identidad» (de todas ellas), en la medida en que «la identidad», tanto individual/singular como colectiva/grupal, constituye, para todos “nosotros: los leoneses” (que somos parte alícuota de la Nación Española), un «derecho humano» de «rango universal».

Ahora hablamos de la Región Histórica, y Constitucional en esta versión actual desde el 6-12-1978 (como lo fue antes con la” CD´1931”), del Reino Leonés y/o regionalidad leonesa, y lo hacemos con especial incidencia y afecto en una de sus cuarenta y una Comarcas Naturales como es la «Tierra de Campos Góticos», y lo hacemos en atención, directa y especificada, a un momento culminante, ¡y único!, de la misma cual es «el voto de Villalpando» o, para ser más claros y precisos, si se prefiere: «el voto de Villalpando y su tierra a la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora la Virgen María».

“El voto de Villalpando y su tierra”, tiene lugar en pleno Siglo XV y de tal relación temporal,para su referenciabilidad, debemos hacer: (1º) tanto amplio cotejo general y (2º) como particular singularización en atención a la Corona Leonesa ( en sus cuatro espacios territoriales de:Extremadura, Reino Leonés, Galicia y Asturias) y en la expresa particularización de la regionalidad leonesa  (con las provincias de Salamanca-Zamora-León).

Es en el año de 1466, en que tiene lugar el “compromiso religioso” de las gentes de una  parte de  «Los Campos Góticos», y el mismo no es una situación cualquiera y sí, por el contrario, un lugar preciso del proceso histórico, donde los profesionales investigadores y los eruditos de esta parte de la Historia, pueden ejercitar ampliamente sus investigaciones científicas y sus pormenorizados análisis, pero también donde los antropólogos, profesionales que muchas veces se nos olvidan, nos pueden enseñar aquellas costumbres que estaban en el hacer de la vida diaria, del momento cotidiano en tal lugar, y además igualmente puede servir, ¡debe servir!, para que el `tema religioso cristiano´, de aquel momento de la Corona Leonesa (en el “todo SaZaLe´41”), adquiriendo más enfoque, sea resaltado en trabajos múltiples sobre tal acontecer.

En el año 1466 tenemos, dentro de la Corona Leonesa (además de otras), como Rey a Enrique IV de León, que sigue en esa línea que marca la Casa Real Leonesa, después la Casa Real Española, como continuadora de la estirpe visigótica y dentro de su concreción aplicativa a la plenitud hispánica. El día 1 de noviembre de 1466 en la iglesia de San Nicolás, en la población de Villa Al Pando (nuestro conocido Villalpando de Campos Góticos) tiene lugar el directo/fijado/notariado compromiso cristiano del «Voto a la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora la Virgen María».

El ambiente en que se mueve la península Ibérica en la segunda mitad del S. XV es muy convulso.  En 1466 la Corona Leonesa (por ende en posterior dominio de la regionalidad leonesa y/o el “todo SaZaLe´41”) y otros reinos en la Península Ibérica, están envueltos en continuas luchas motivadas por problemas sucesorios ( con tdo un desarrollo de intrigas y alianzas), por ello es aún más de resaltar, desde nuestra particular posición de creyentes cristianos, que precisamente nuestros antepasados se consiguieran abstraer del «ambiente circundante» para, en elevándose por encima de él, dar un amplio y trascendental paso hacia los elementos constitutivos en su formulación sobre «El voto de Villalpando y su tierra», que implican,en la forma más explícita posible, el compromiso público y claro, que, como cristianos de entonces, marcan y difunden.

Tenemos que “El Voto de Villalpando y su tierra» a «La Inmaculada», está documentalmente probado, es el más antiguo del mundo, y en datos que, de una forma magnífica, aporta Calvo Lozano (D. Luis) en «Historia de la Villa de Villalpando» (cuya lectura nos parece sumamente amena e instructiva, que aquí que la recomendemos), se nos señala su extraordinaria precocidad, adelantándose en «treinta y un años» al pronunciamiento emitido por la Universidad de «La Sorbona» (en 1497) y otras universidades europeas que la siguieron en tal línea de acuerdos.

La paternidad sobre el «Voto a la Inmaculada» causó, con posterioridad, algunas dudosas interpretaciones al estar interesados en la misma en otros lugares de los diferentes Reinos de Hispania, así fue que, entre otros reclamantes, tenemos que tanto Cataluña como Andalucía hicieron sus propios alegatos en tal sentido. Ello fue objeto de atención y estudio, asi  como posterior  resolución del “Congreso Internacional Mariano”, celebrado que fue en la ciudad augusta de Zaragoza (la capital de Aragón) en el año 1908, cuyas «Actas» recogen (de forma fehaciente, precisa y clara) la siguiente expresión sobre: «El primer voto de villa, explícito y solemne, en reverencia a la Purísima Concepción» atribuyéndole al lugar de «Villalpando y su tierra».

La redacción que se emite en Zaragoza, despeja todas las dudas. El fallo público del Congreso Mariano zaragozano dice así: «Examinando todo resulta haber sido Villalpando la primera villa o municipio que como tal hizo pública y solemne profesión de creer, honrar y defender la Inmaculada Concepción de María Santísima, obligándose con voto ciento cincuenta años antes que lo hiciesen Jeréz, Alcalá, Sevilla y otras poblaciones».

Destacamos la expresa connotación territorializada que tiene la formalización sobre «El voto de Villalpando y su tierra», no olvidemos que estamos en los «Campos góticos» como comarca natural de la Corona Leonesa, que es donde se lleva a efecto por trece poblaciones, a saber: “Villalpando, Quintanilla del Monte, Cotanes del Monte, Villamayor de Campos, Tapioles, Cañizo, Villar de Fallaves, Villárdiga, Prado, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Villanueva de Campos y Cerecinos de Campos”.

Desde un somero enfoque analitico percibimos que: (1º) No se trata pues de un hecho aislado unilateral y (2º) Sí se trata, por el contrario, de un hacer colectivo, con una base cumplida y ampliamente social en cada uno de los municipios integrantes. Son trece poblaciones [-.- en aquellos momentos de la Diócesis de León (12) & Diócesis de Zamora (1) -.-] en la Corona Leonesa, reunidas en torno a su devoción cristiana hacía la «Virgen María».

La descripción ambiental del territorio de las trece poblaciones nos puede ayudar a asumir un tanto más las consideraciones/ponderaciones/ estimaciones sobre las mismas. La población de Villalpando y, por ende, sus alrededores, se encuentra dentro de la delimitación de antiguo en los dominios de las tribus «Celtas» que están instaladas en el territorio peninsular, atribuyéndosele el nombre de «Intercancia», que posteriormente los «Romanos» cambiaron por el de «Intercacia», en ese amplio espacio dominado por los «Vacceos» que, parece ser, fue arrasado por los «Godos» (puede que en sus luchas contra los suevos), donde se asienta la «Tierra de Campos Góticos» y posteriormente fue dominada por los «Árabes» denominándola Villa-Al- Pando.

Ya en «La Reconquista», después de las batallas de Guadalete y Soriguela (que puede enlazarse con la leyenda de «La Quilama» en Salamanca), y de aquel inicio de Covadonga [-.- espléndidamente descrito por el Dr. Sánchez Albornoz y Menduíña -D. Claudio-; lo cual, y a posteriori, no le impidió ser mi oponente sobre nuestra publica postura política diferente en lo tocante a la regionalidad leonesa y su constitucional derecho a ser Comunidad Autónoma -.], parece ser que es el Rey Asturiano Alfonso I «El Católico» quien tiene algo que ver (en el año 757) con Villalpando, en lo que pudiera ser una primera conquista de la población. A continuación le cabe el lugar de honor a otro Rey Astur Alfonso II «El Casto», quien volvió a tomar la población y reconstruyó sus fosos, lo cual nos da cierta idea de su posición estratégica. 

Observamos, desde lo precedente, que ya tenemos, en estos momentos de Alfonso II «El Casto», ligado Villalpando al llamado Voto de Santiago después del año 834. Una situación que tiene lugar dentro de la Corona Asturiana y su prolongación natural que es la Corona Leonesa. También se encuentran donaciones hechas por los soberanos Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III «El Magno» (el repoblador de de Zamora ciudad donde falleció) a la «Iglesia de Santiago de Compostela», así como su pertenencia a la Diócesis de León en el reinado de Ordoño II de León. «Villalpando y su tierra» son, por su origen, un terruño profundamente enraizado con «lo leonés», con los leoneses y con la leoneseidad.

Entre otras aportaciones referenciales más, tenemos que en el año 1002, el Rey de León Alfonso V otorga la población de Villalpando al Conde Don Nunio, ampliándose sus fueros, que con bastante posterioridad, y siempre dentro de la Corona Leonesa, se los amplió el Rey de León Fernando II (el mismo que incide en «El Motín de la Trucha en Zamora» y que defiende posteriormente a Ciudad Rodrigo frente a las pretensiones de Salamanca) ello sucede en en año 1170.

Abundando en más datos, recogemos de la narración efectuada por Don Luis Calvo Lozano la siguiente explicación. Dice así: «La importancia de este concejo -se refiere a Villalpando- subió de punto por la creación de las milicias o tropas que seguían el estandarte de la villa y eran acaudilladas por sus magistrados municipales. Eran las famosas mesnadas de «Villalpando y su tierra» agrupadas bajo el pendón villalpandino fondo blanco con un león de color bermejo y las franjas horizontales rojas también…». Estamos en Villalpando, al Este del actual territorio de Zamora, y llevando sus gentes, como su estandarte identificador, “un león de color bermejo” para ser reconocidos.mAsí reza en la «Historia de la villa de Villalpando», como no podía ser menos al tratarse de una Comarca Natural como es la Tierra de Campos Góticos, que siempre fue defensa de la frontera y valladar ante el enemigo por y para la Corona Leonesa en detrimento de las apetencias territoriales de los reinos del centro y este de la península ibérica.

Villalpando alcanza una alta importancia en el Regnúm-Imperiúm Leonés con el soberano leonés -nacido en la ciudad de Zamora y fundador de la Universidad de Salamanca- Alfonso IX «El Valeroso» y con su mujer Dª Berenguela (la «Señora de Villalpando»), así como en su engarzamiento, aún más si cabe con «el hecho diferencial leonés», con la Colegiata de San Isidoro de León (morada postrera de varios soberanos de la Corona Leonesa y donde se encuentra el Cáliz de Doña Urraca «1a defensora de Zamora»).

Damos otras pinceladas informantes de la temática que exponemos. Tenemos que “El Voto de Villalpando y su tierra a la Inmaculada» ( en los Campos Góticos), se refrenda, por primera vez, el 26 de marzo de 1498 (seis años después del descubrimiento de América), y por segunda vez el 6 de diciembre de 1527 (en pleno reinado del Emperador Carlos I, el año del “saqueo de Roma” por la tropas imperiales). La primera ocasión en que se dio a la imprenta lo fue en la ciudad de León en 1668 (en el reinado del último Rey de Casa de Austria Carlos II) y la segunda vez en 1856 [-.- a los 23 años de la creación de la actual provincia de Zamora -por la partición en tres provincias del Reino Leonés-, en el reinado de Isabel II dentro del «Bienio Progresista» de Cea Bermudez y Buzo(D. Francisco de Paula) y por su Ministro de Fomento De Burgos y Del Olmo (D. Francisco Javier) -.-].

La propia lectura de “El Voto de Villalpando y su tierra”, y con la rotundidad que lo hace, da clara idea del compromiso que adquieren sus actores. La claridad del «Voto de Villalpando y su tierra» es, según varios de sus intérpretes, de gran notoriedad. Así dice:

«…Luego los dichos alcaide e alcaldes y regidores, e procuradores e mayordomos con los dichos clérigos, curas e campellanes e arcipreste, e los otros buenos omes, que presentes estaban de la dicha villa y tierra, movidos de mucha fe e devoción e con grande deseo e voluntad de servir a Dios nuestro Señor Todopoderoso, e a la gloriosa sin mancilla Virgen Santa María, su Madre e Nuestra Señora, e porque a ella plega e quiera por la su virginidad, misericordia e piedad de tomar en guardia e encomienda a esta villa e a toda su tierra para agora e para en todo tiempo e siempre jamás, e ser intercesora e medianera entre todas las gentes cristianas vivientes e habitantes en esta dicha villa e terra, e que agora son e serán de aquí adelante para siempre jamás… e como los cristianos no tenemos otra medicina, ni otro bien y socorro, ni de quien podamos ser socorridos en nuestras cuitas e miserias e tribulaciones, salvo tan solamente a la gloriosa Virgen María, a aquella que sin pecado fue concebida en el vientre de Santa Ana su madre e limpia e Virgen nasciendo, limpia e Virgen recibio al hijo de Dios, e Virgen lo comcibiendo, Virgen lo parió, e pariendo, Virgen remasnecio, e por que nosotros no somos hábiles ni dignos por nuestros pecados de rogar a Dios nuestro Señor, que nos perdone nuestros pecados, e amanse su ira, e mande e diga al su Angel perseguidor que cese de ferir y matar a los que viven en el mundo, como mejor podemos todos los que agora vivimos en esta villa e en toda su tierra, e por los que pues de nosotros vernan, como no seamos dignos, ni sosmos para rogar, socorremos con voto a esta señora Virgen María, madre de Dios, reina de los angeles, madre de toda misericordia y madre de toda piedad, a la cual con corazones aflictos e con gemidos, nos encomendamos e la suplicamos muy humilde e devotamente e a lo mejor que podemos que le plega por la su misericordia e piedad de tomar e que tome en guarda en defensiones e amparo a esta dicha villa e su tierra, e a todos los que agora vivimos e vernan después de nos para siempre jamas, e quiera e la plega por la su virginidad e bondad».

Tenemos que en «Villalpando y su tierra», con «El Raso», con los Campos Góticos que en herencia recibió el Rey leonés Alfonso VI de sus padres (Sancha I de León y Fernando I de León), formando parte del «hecho diferencial del Reino Leonés», por donde discurren varios de los Caminos a Santiago de Compostela, “el Voto de la Inmaculada» forma parte integrante y consustancial con las raíces de nuestro regional  Pueblo Leonés y, según el Preámbulo  de nuestra Constitución Española, conforma nuestro herencia patrimonial de la regionalidad leonesa.

 

VALORIO 8-12-2024

Francisco Iglesias Carreño                                                                                               Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´Ocampo