Soy, más, estoy. Respiro.

                                                                                  Lo profundo es el aire.

                                                                                  La realidad me inventa,

                                                                                  Soy su leyenda. ¡Salve!

                                                                                              Jorge Guillén

 El pasado 28 de noviembre en la Sala Río Selmo de Ponferrada se realizó, dentro del 35 Festival Internacional de Guitarra, un homenaje a Eduardo Chillida en el centenario de su nacimiento. Una celebración que nació en 1990 de la mano de María José Cordero, para que el público conociera un poco más  uno de los instrumentos más populares y queridos de nuestro país.

El espectáculo presentó 4 obras musicales inspiradas en algunas de las obras del escultor.

Los autores: Marisa Manchado (Premio Nacional de Música 2024), Jesús Alises, Fernando Palacios y María José Cordero.

Unas obras sorprendentes, inspiradas en el artista nacido en San Sebastián, cuya semblanza pudimos conocer antes de empezar el concierto, de la mano de la directora del Festival y también creadora María José Cordero.

La que fue durante muchos años Directora del Conservatorio de Ponferrada, nos habló de la vida de Chillida, de sus estudios y de sus amigos. Su primera escultura, explicó, fue un jinete arcaizante (1948), aunque Torso se reconoce como el primer trabajo importante. En 1954, utilizó el hierro (uno de sus elementos preferidos) para hacer las puertas de la basílica de Aránzazu. Afianzó su carrera con Elogio de la luz (1963), y Peines del viento (1971) se considera uno de sus momentos cumbre en el uso del acero; en los años ochenta expone en el Guggenheim de Nueva York y en  los noventa realiza en hormigón  algunas de sus  de sus obras monumentales como Elogio del horizonte. En Galicia sólo hay una de sus piezas, en el parque de Bonaval en Santiago, donde se instaló en 1994. Y nos contó también María José Cordero de los amigos del escultor, de Jorge Guillen poeta, al que admiraba profundamente y de Palazuelo cuya relación con el artista fue intensa y duradera: “En cuanto a Pablo Palazuelo, tuvo mucha importancia para mí, porque estando como estaba mucho más formado que yo, sobre todo intelectualmente, me ayudó a facilitar mi evolución hacia lo que un par de años más tarde fue mi obra.” Eduardo Chillida

Después, la música.

Todas y cada una de las obras magníficas y sorprendentes.

El concierto terminó con El Quinteto en Re Mayor de Boccherini para cuerda y guitarra.

La guitarrista, Sara Guerrero, estuvo acompañada por los Solistas de la Camerata Clásica de Ponferrada dirigidos por el violinista Daniel Bombín.

El público que llenaba la sala ponferradina, aplaudía sorprendido y entusiasmado ante la originalidad y belleza de las obras.

Felicidades a la organizadora del evento María José Cordero y a todos y cada uno de los creadores.

 

 Victorina Alonso Fernández. Llegando el invierno un día de diciembre de 2024.