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Es posible que, quien más o quien menos, desde un punto de observación meramente ciudadano (hispánico y español), navegando entre la curiosidad, la oportunidad y puede que la momentánea ocasión, en algún momento, por diversos azares, se ha topado con ”La Pepa” ( ¡la tan nombrada!) y, ante ese fortuito aquel, ha tratado de ver y/o escudriñar, en interesada observación, todos aquellos entornos ambientales, de muy amplios y transoceánicos espacios hispánicos, en que la misma, por aquello de la /acuerdos/invasión/felonía/dejación trastorno en popular y plural pronunciamiento territorial, tuvo lugar ( en un determinado entorno), ocasión ( en un proceloso momento) y promulgación ( con su aparición editada).
Parece que las sesiones de las Cortes de Cádiz, donde comienza el trabajo de las comisiones, tiene lugar inicialmente en 24-9-1810, para en la fecha del 24-2-1811 seguir, un modus operandi, su proceder actuante, con la normalidad que correspondía a una situación que estaba siendo en extremo bélica, o sea que, mira por donde, se avanzaba, al mismo tiempo, en la defensa a ultranza contra `la concertada invasión´ (adobada con muchos coetáneos que la apoyaron) y a la vez, en forma harto creativa, se trataba de construir, tal que “ex novo”, el ‘corpus documental’ que debería sustentar los pilares estructurales de un nuevo tinglado administrativo y/o “Estado”, redefiniendo, desde la base parlamentaria gaditana ubicada en la Isla de León, la “autoritas máxima” del mismo, en lo que se alumbró como “la Nación Española”.
Esa normalidad que asimilamos a la fecha del 24-2-1811, nos sitúa, así es sí así parece, en lo que debería ser un proceder parlamentario cotidiano al uso, donde los miembros de las Cortes Españolas están, con la importancia que ello tiene, en la labor diaria de su muy alta y responsable representación de todos los demás o sea, y si se nos permite, de la Nación Española. Sí, con “La Pepa”, y al paralelo caminar ideológico y conceptual de la europeidad de aquel entonces, el concepto de la “representación máxima” gira y va en el camino de escenificar y/o aumentar la presencialidad de los afectados y/o representados y en detrimento del `investido posesionismo´ a ultranza y/o el evidente y palmario control de unos pocos y la no significación y/o ausencia completa de relevancia de los muchos que, desde tiempo ha, estaban relegados a los papeles de la figuración y/o del mero guarismo de ser subditos.
Los trabajos a partir del 24-2-1811, ya enlazan con una (nueva) idea conceptual de Nación, a nivel del S. XIX, pero parece que, tal vez queremos ver (recuérdese las intervenciones de Antonio Capmany Surís y de Montpaláu) , tampoco olvidan, así nos ha parecido, otros momentos anteriores [ que son preciados y precisos] donde la expresión (conceptual y/o práctica) de la Nación también tuvo lugar, acomodo y asentamiento, recordando aquella Hispania que fue unida en la categorización neo visigótica ( con el hacer de grandes personalidades, San Isidoro, San Ildefonso, … y eventos extraordinarios de los Concilios de Toledo), que pudo responder, en forma cuasi mancomunada eregida en la inicial línea asturica/leonesa, ante aquella otra invasión agarena( producto de otra confabulación) y culminar, tras el 1-3-1476 ( en los llanos de Peleagonzalo, de Zamora en la regionalidad leonesa) en proyectos de alta enjundia (cua eran “Las Leyes de Toro” de 1505).
La idea/concepto/significación de la Nación Española, desde nuestra sola observancia cívica y no profesional, da toda la impresión de que va caminando, desde el momento (y sus circunstancias) de “La Pepa” a la actualidad, del mediato ayer ( con otras circunstancias) que fue lo de aquel día del 6-12-1978 (cuando precisamente tiene lugar el Referéndum Nacional), donde la expresión locucional, que vamos manejando, ya se matiza más aún, pues nos parece, salvo contrastada opinión en contrario, que desaparece aquel sabor que, desde lejos, la enrocaba a ‘la gobernanza de la centralidad’, para dar paso a otra acepción más plural y, en todo caso, bi-conceptualizada.
Todo, parece exponerse en el texto de la “CE´1978”, donde ya su Preámbulo cita, de inicio, a la Nación Española, su Art. 1-2 nos habla de la soberanía nacional en el Pueblo Español, para seguidamente, en el Art. 2, sostener lo siguiente: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Dando, a lo que leemos, una nueva formalización del concepto/idea/composición de la Nación Española, que sin dejar de ser la ya Nación previa al 6-12-1978, asume otras conformaciones.
A veces, se opta, puede que inopinadamente, por la conceptual patrimonialización que se hace ( o acaso hacíamos antes), de la Nación Española, desde la ausencia y/o el olvido, puede que involuntario, de acciones que muchas veces procesamos, tras la lectura rápida de algunos textos, donde arcanas formas interpretativas aún persisten en nuestros ambientes, siendo conductistas y/o guiadoras de lo anterior, pero que, tras el 6-12-1978 y por el propio texto constitucional, tal proceder cívico debe variar, ya que, en “la novedad constitucional” se incluye, de facto, y entrelazado con tal concepto, a las [15] regionalidades españolas (¡a todas ellas!) y ello se hace “al activo directo” de las mismas, y nunca desde su omisión, desde las plurales consideraciones, como sujetos actores constitucionales, de todos sus derechos y en el aporte de todos sus deberes. Lo cual, a tales derechos y a tales deberes los hace, ¡y por si mismos!, muy relevantes.
Tenemos desde el 6-12-1978, así nos parece tras su observación cívica y no profesional, como “común patrimonio ciudadano español”, nuestro compartido aquel: “La Nación Española somos todos los ciudadanos españoles de todas y cada una de las [15] regionalidades españolas”. Donde no solo es que estemos en la Nación Española al solo y exclusivo hecho singular en cuanto individuos, es que también lo estamos al hecho grupal en cuanto miembros de nuestras respectivas regionalidades españolas.
La Nación Española en el explicitado Art. 2 del texto constitucional, en nuestra particular observancia, se refiere a las regionalidades españolas e indica: “que la integran”. O sea: [1°] Que ya están, y a fecha del 6-12-1978, todas y cada una de las regionalidades españolas. [2°] Que todas las regionalidades españolas, ¡todas ellas sin excepción alguna!, están integradas en la Nación Española. [3°] Que tal integración, a fecha del 6-12-1978, cubre todo el espacio integral español. [4º] Que tal integración define y conceptualiza constitucionalmente a la Nación Española. [5°] Que tanto la Nación Española como sus integradas regionalidades españolas (del día 6-12-1978) no se pueden alterar mientras esté en vigencia la Constitución Española. Y todo ello respaldado decisoria y decisivamente por la Libre y Democrática Voluntad Soberana de la propia Nación Española.
Las regionalidades españolas, con la Constitución Española a la data del 6-12-1978 y para todas ellas: [1°] Andalucía (87.278 km2 ); [2°] Aragón (47.668 km2 ); [3°] Asturias (10.565 km2); [4°] Baleares (5.014 km2); [5°] Canarias (7.273 km2); [6°] Castilla La Nueva (72.363 km2); [7°] Castilla La Vieja (66.107 km2); [8°] Cataluña (31.930 km2); [9°] Extremadura (41.602 km2); [10°] Galicia (29.434 km2 ); [11°] Reino Leonés (38.491 km2); [12°] Reino Murciano (26.175 km2); [13°] Navarra (10.421 km2); [14°] Reino Valenciano (23,305 km2); [15°] País Vasco (7.261 km2), nos parece reflejar el estadio de aquella situación pretérita, ya que vendrían todas ellas de un tiempo anterior, donde se fue asumiendo un nuevo status que, tras la transición politica, culmina en el nuevo texto constitucional.
Ante esa situación nueva, desde el 6-12-1978 al 29-12-1978, estamos, queremos recordar, al “Día de los derechos/deberes de las Regionalidades Españolas”, para la fecha del 24-2-2025 ( por su relación con el 24-11-1811), lo es en la estimación apriorística de cuando “SÍ tenemos” la Constitución Española pero “NO están” aún las Comunidades Autónomas. O sea que el “Día de los derechos/deberes de las regionalidades españolas” al 24-2-2025, nos debe situar en los momentos donde las mismas están desafectadas de cualquier otra situación y/o etiqueta que asome como colateral o del entorno de las de tal tipo.
Lo antecedente nos lleva, en una cierta consideración, insistimos que no profesional y solo meramente cíudadana, de lo que podrían asumirse como derechos y deberes propios de las regionalidades españolas que, de forma lógica, tienen que ser conectivos con los propios que se atribuyan a la Nación Española (no olvidemos la expresión constitucional del Art. 2, tal que dice: “que la integran”.).
Asi esbozamos las siguientes estimaciones para los derecho y deberes de las [15] regionalidades españolas.
Son las que sí tienen el derecho de: [1°] Identidad regional, [2°] Entidad regional, [3°] Hecho diferencial regional, [4°] Propio espacio territorial; [5°] Ancestral antropología regional; [6°] Contribución a la Nación española, [7°] Integración en la Nación Española y [8°] Defender a España.
Son las que sí tienen el deber de: [1°] Solidaridad entre ellas dentro de la Nación Española, [2°] Promover el bien de los ciudadanos respectivos que las integran, [3°] Garantizar su interaccionada convivencia democrática dentro de la Constitución en la unidad de la Nación Española, [4°] Proteger a su respectivo Pueblo Regional y al común de la Nación Española, [5°] Promover el progreso de su cultura regional y de su economía regional, [6°] Asegurar una digna calidad de vida a sus ciudadanos regionales, [7°] Establecer una sociedad regional democráticamente avanzada aunada a la Nación Española y [8°] Defender a España.
Podemos tener en cuenta que: las [1°] Identidades Regionales Españolas y [2°] Entidades Regionales Españolas, son asumidas por los textos de las Constituciones Españolas, de las datas del 9-12-1931 y del 6-12-1978, en dimensionalidad integral de todas y cada una de las regionalidades españolas: [1°] Andalucía ( de ciudadanos regionales andaluces ); [2°] Aragón (de ciudadanos aragoneses); [3°] Asturias (de ciudadanos regionales asturianos); [4°] Baleares (de ciudadanos regionales baleares); [5°] Canarias (de ciudadanos regionales canarios); [6°] Castilla La Nueva (de ciudadanos regionales castellano nuevos); [7°] Castilla La Vieja (de ciudadanos regionales castellano viejos); [8°] Cataluña (de ciudadanos regionales catalanes); [9°] Extremadura (de ciudadanos regionales extremeños); [10°] Galicia (de ciudadanos regionales gallegos ); [11°] Reino Leonés (de ciudadanos regionales leoneses); [12°] Reino Murciano (de ciudadanos regionales murcianos); [13°] Navarra (de ciudadanos regionales navarros); [14°] Reino Valenciano (de ciudadanos regionales valencianos); [15°] País Vasco (de ciudadanos regionales vascos).
A lo inherente a tales situaciones, se añade, para ese caminar que hemos indicado del concepto de Nación Española, el que en todas y cada una de ellas, se hace presencial la plasmación aplicativa de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” desde el 10-12-1948 y para los nuevos tiempos que han de llegar y, por ende, en todo lo referente a lo que les es propio: [1º] la Identidad Regional y [2º] la Entidad Regional respectiva, de todas y cada una de las regionalidades españolas.
Al “Día de los derechos/deberes de las Regionalidades Españolas”, para la fecha del 24-2-2025, tenemos que tanto la [1°] Identidad Regional como la [2°] Entidad Regional, no son situaciones exógenas al nuevo texto constitucional y si, y por el contrario, son plenamente inherentes, en la data del 6-12-1978, a todas y cada una de las [15] regionalidades españolas {todas ellas constitucionalmente integradas en la Nación Española y, por ende, activos sujetos actores constitucionales}, son, en tanto sean tales, directo objeto de la protección constitucional [-.- en su ser y en su estar-.-] y, por ende, no pueden ser atribuidas a otras concreciones (de la índole, origen y naturaleza que sean) que, por acciones coyunturales, formalicen otros posteriores constructos tras la entrada en vigencia del nuevo texto constitucional.
Todos “pueblos de las regionalidades de España”, que es nuestra “Patría común”, ( recuérdese el Preámbulo de la Constitución Española:”Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones”), tanto por sí mismos cada uno, como por su teselar conjunto (completo, compacto y denso), protagonizan una ‘patrimonialización entrelazada dual’, sobre todos y cada uno de los derechos/deberes constitucionales de todas y cada una las regionalidades españolas, resaltada y potenciada con su integración en la Nación Española y lo hacen a la vez que sobre todos y cada uno de nosotros: todos y cada uno de los ciudadanos españoles, en lo referente a nuestros propios derechos/deberes.
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´Ocampo