Miga a miga, letra a letra y muchas horas de amasado, cada año y ya van ocho, Mercedes González Rojo se mete en su obrador de literatura y convierte el lenguaje de las mujeres menos escuchadas, invisibilizadas, a veces ninguneadas, relegadas al olvido, precisa y podría decirse únicamente, por ser mujeres, en una obra tan necesaria como justa. Cada año, Mercedes González Rojo, amasa una hogaza cuya receta exige muchísimo trabajo, documentación, tiempo, dedicación, tareas de corrección, y que sobre todo, resucita a escritoras y mujeres que por vivir en una sociedad machista y patriarcal, han pasado inadvertidas para la historia.

Desde 2018, año en el que Mercedes González Rojo dedicó, coordinó y ofreció el primer libro, que homenajeaba a Concha Espina, han pasado por sus creadoras letras de poeta, las siguientes artistas y escritoras más: Josefina Aldecoa, Alfonsa de la Torre, Manuela López García, Felisa Rodríguez, Manuela Rejas, Eva González Fernández y este año ya podemos deleitarnos con Faustina Álvarez García, que fue la primera mujer inspectora de enseñanza, que además hizo bandera del feminismo, ya que trabajó mucho para que sus alumnas pudieran tener las oportunidades que se les negaban, precisamente por ser niñas. “Doña Faustina Álvarez García, instituye el delantal a fin de que, cubriendo de ese modo su pobreza, todas las niñas asistieran vestidas adecuadamente a clase”. Esta es una más de las mil y una ideas que Doña Faustina, pone en el día a día de cada niña a la que tuvo la suerte de formar.

Mercedes González Rojo, es otra gran maestra de las letras preocupada y ocupada por la igualdad de la mujer en esta sociedad, que aunque ha avanzado, aún tiene mucho que amasar para llegar a una verdadera igualdad. Este libro de una maestra de León, Doña Faustina Álvarez García, que fue ejemplo para sus alumnas, debe estar en cualquier librería o/y biblioteca que se precie.

Lamiguería: Quiero, con las migas del poema que abrocha este escrito, agradecer la formidable hogaza-libro que Mercedes González Rojo, ha amasado cada año. También agradecer a la editorial “Lobo Sapiens” que siga creyendo en proyectos tan necesarios.

El delantal: “No, tela para la bandera no, / mejor tela para delantales” / Eso pensó mientras redactaba los artículos / que necesitaba para el próximo curso. / Tela con pan horneado / en el corazón de las niñas / que aún no conocían / los misterios de los libros. / Doña Faustina, rociando el encerado / con los verbos aún dormidos. / Posando sus alas de mujer / en nuestros átomos de “Mujercitas”. / En la escuela, les nacían letras a los delantales / cuando la tinta se escapaba a su acolchada / madriguera, madriguera sí, aquellos delantales / fueron madrigueras de letras que con amor entran. / Les nacían letras a los delantales, / que ocultaban el descosido de la pobreza. / Y Doña Faustina entonando aquella letanía: / Estudiad niñas, para tener vuestras propias cosechas. / Aprended a trenzar vuestra gracia. / Llenad vuestra vida con la pulpa del saber, / así podréis acercaros a vosotras mismas, / sin el reptar que engulló a Eva. / No, tela para la bandera no, / mejor tela para delantales, / que protejan el vientre, y que guarden la simiente / de la mujer libre que sabe pensar y disiente.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.