Un estudio revela que el 35,5 % de las personas nacidas en la región que tienen entre 25 y 39 años y poseen un título universitario reside en otras autonomías
Castilla y León es la comunidad autónoma de la que salen más jóvenes universitarios hacia el resto de España. El 35,5 % de las personas nacidas en la región que tienen entre 25 y 39 años y poseen un título universitario reside en otras autonomías, según un estudio del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona que recoge el Boletín de la Asociación Española de Geografía.
En números absolutos, la comunidad autónoma que más jóvenes emigrados con estudios universitarios tiene es Madrid, con 67.760, pero dada su población, esta cifra sólo representa el 14,5%. Sin embargo, los 65.990 de Castilla y León suponen más de un tercio. La media nacional es del 16,5 %.
El estudio se ha elaborado con información del Censo de 2011, ya que son los datos demográficos más recientes que permiten analizar migraciones incluyendo el nivel de instrucción, según explica a DiCYT uno de los autores, Miguel González Leonardo. No obstante, analizando la evolución de las cifras está claro que “la tendencia se agudiza en los últimos años”, asegura.
“Se ha hablado mucho de la emigración de jóvenes castellanos y leoneses, en particular, y españoles, en general, hacia el exterior, pero se trata de un tipo de movilidad minoritaria en comparación a las migraciones internas entre comunidades autónomas que son mucho más numerosas”, reflexiona este vallisoletano que vive en Cataluña. “Si se analizan las salidas de jóvenes nacidos en Castilla y León en los últimos años, en torno al 85 % se dirigen hacia otras regiones españolas, principalmente hacia Madrid, mientras que solo un 15 % se canalizan hacia el extranjero”, destaca.
Entre 1975 y finales de los años 90, la elevada emigración castellano y leonesa de la etapa desarrollista se moderó y quienes se iban eran tanto trabajadores cualificados como no cualificados. Por el contrario, a partir del año 2000 crece la migración de universitarios, sobre todo con la capital de España como destino, así que la crisis económica no ha sido un factor decisivo, puesto que el fenómeno es anterior.
El perfil de los castellanos y leoneses emigrados en la actualidad se entiende mejor en otro estudio de los mismos autores. A diferencia de épocas anteriores, los jóvenes que se van de la región en la actualidad no proceden del medio rural, sino de las capitales de provincia, y tienen una alta cualificación.
Según los datos del Censo de 2011, el 36,2 % de los jóvenes de Castilla y
León de 25 a 39 años estaba en posesión de un título universitario, mientras
que la media española se situaba en el 32,2 %. A esto hay que añadir que la
región obtuvo en 2015 los mejores resultados académicos de toda España en el
Informe PISA (Programme for International Student Assessment), que evalúa los
conocimientos de los escolares de 15 años, de manera que se sitúa entre los
primeros puestos internacionales.
Sin relación con datos generales de desempleo
“La característica más llamativa de Castilla y León es que no sufre un desempleo general tan grave como el de otras regiones, así que los datos de paro no son un factor clave, mientras que sí lo es el nivel educativo. A más estudios, existe mayor movilidad”, destaca el investigador del Centro de Estudios Demográficos.
De hecho, no hay una relación directa entre el desempleo y la emigración de titulados universitarios. Andalucía (11,8%) y Canarias (9,6%) son dos de las comunidades con menos jóvenes con titulación superior residentes en otras regiones, a pesar de que en términos generales sufren altas cifras de paro. Tras Castilla y León, las únicas comunidades que superan el 30% de jóvenes universitarios emigrados son Castilla-La Mancha, La Rioja y Extremadura.
Apostar por las ciudades
Los datos del estudio llevan a la reflexión de que en la comunidad autónoma no
falta empleo, sino puestos de trabajo acordes al nivel educativo de la
población. “Quizá sea una opinión controvertida, pero si se quiere frenar la
emigración de jóvenes con estudios universitarios, sería conveniente apostar
por el empleo cualificado en las ciudades de Castilla y León. La enfermedad
demográfica actual es la fuga del talento urbano, no el éxodo rural masivo de
los años 60”, señala el autor.
José Pichel Andrés/DICYT