La experiencia, la práctica cotidiana y las investigaciones anuales que realiza Cruz Roja sobre la vulnerabilidad social de las personas y grupos atendidos por la Organización, permiten identificar que uno de los principales retos que afrontan las personas mayores son la soledad y el aislamiento social.
Cruz Roja adoptó en su Asamblea General de 2019 el compromiso de ‘contribuir a romper el aislamiento y la soledad de las personas en situación de vulnerabilidad’.
Más de 4,7 millones de personas viven solas en España. De ellas, cerca de 2 millones tienen más de 65 años, de las que el 72% son mujeres.
La experiencia, la práctica cotidiana y las investigaciones anuales que realiza Cruz Roja sobre la vulnerabilidad social de las personas y grupos atendidos por la Organización, permiten identificar que los principales retos que afrontan las personas mayores son la soledad y el aislamiento social, además de la promoción de la autonomía personal y la protección a la dependencia, la pobreza, la discriminación por edad, el abuso y/o la negligencia y la falta de un papel social acorde a su contribución a la sociedad y su peso demográfico.
El impacto de la soledad y su tremendo coste humano y económico preocupan especialmente a Cruz Roja. Precisamente, uno de los compromisos que ha adoptado la Organización en su última Asamblea General hace referencia a “Contribuir a romper el aislamiento y la soledad de las personas en situación de vulnerabilidad”. Es importante entender dos cosas: No todas las personas que están solas experimentan soledad, y hay muchas personas que se sienten solas estando acompañadas.
La labor de Cruz Roja para reducir la soledad y el aislamiento social involuntario se lleva a cabo mejorando su bienestar emocional y restaurando sus conexiones sociales a través del voluntariado. Más de 42.000 personas son voluntarias de Cruz Roja con personas mayores. Un dato a tener en cuenta: el voluntariado de Cruz Roja Española realizó el pasado año 2018 más de 200.000 horas de acompañamiento a 40.503 personas mayores afectadas por la soledad, no sólo en el domicilio, sino generando relación con su entorno, ya sea físicamente o a través de herramientas digitales. En ocasiones, simplemente a través de una Tablet, se puede crear una red de amistad, relaciones y apoyo mutuo entre personas a las que afecta la soledad y facilitar la conexión entre personas muy alejadas entre sí.
La soledad es un sentimiento subjetivo negativo de falta de compañía y apoyo. Partiendo de esta base, -aunque generalmente se asocia al envejecimiento- la soledad no es un problema exclusivo de las personas mayores ni afecta a todas ellas. Muchos eventos vitales pueden provocar crisis de identidad que dificultan las conexiones sociales y desencadenan situaciones de soledad en determinados momentos del ciclo vital. Estas situaciones de soledad coyuntural pueden cronificarse.
Muchas de las problemáticas descritas anteriormente, como la soledad y el aislamiento de las personas mayores, se relacionan con un modelo social que tenemos que cambiar para configurar, como dicen los expertos, una sociedad que cuida. Una sociedad que no aparca a las personas mayores. Es preciso conciliar políticas sociales, laborales, sanitarias, económicas, fiscales y de vivienda para garantizar una vida digna a las personas mayores y una sociedad inclusiva que evite la brecha intergeneracional. También lo es entender que se trata de un reto de conjunto: administraciones públicas, agentes sociales, Tercer Sector y sociedad en general.
Cruz Roja, comprometida con las personas mayores
Cruz Roja lleva más de treinta años desarrollando programas destinados a este sector de la población con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas mayores en su proceso de envejecimiento, reduciendo las desigualdades de género identificadas y en nuevas áreas que hasta ahora no eran tan evidentes como la soledad, falta de autonomía personal, deterioro cognitivo, abuso o negligencia, la pobreza, etc. Y también en las circunstancias que les rodean (contexto social y familiar, coyuntura socioeconómica…etc.).
La intervención actual de Cruz Roja con personas mayores está dirigida a: aumentar la capacidad de su autonomía personal, mantener y mejorar sus funciones cognitivas, reducir la soledad y el aislamiento social involuntario, incorporar y mejorar hábitos saludables, impulsar el envejecimiento activo, mejorar su protección y su capacidad para afrontar posibles situaciones de maltrato, así como cuidar y apoyar a quienes cuidan de personas mayores. Cruz Roja trabaja con las personas mayores para mejorar su bienestar emocional y restaurar sus conexiones sociales.