“Color rojo en aquellas calles”“Olor a flores en aquellas calles”
Fue un abril luminoso de 1974 cuando los habitantes del país vecino decidieron que ya bastaba de dictadura.
Grandola, Villa Morena tierra de fraternidad,
el pueblo es quien más ordena dentro de ti,
oh ciudad
Y la canción se quedó como emblema de la proeza de una tierra que sabe de fraternidad, de un pueblo que ordena y sabe ordenarse.
Dentro de ti, oh ciudad, el pueblo es quien más ordena,
tierra de fraternidad, Grandola, Villa Morena.
En cada esquina un amigo, en cada rostro igualdad..
Un pueblo que busca y encuentra en cada lugar un amigo e igual sonrisa en el semblante de todos.
Un pueblo que conocí de la mano de Mila, pues allí llegamos aquellos días primaverales para conocer a su novio Mario Marinho.
Descubrimos Lisboa, los buñuelos de bacalao de la abuela de Mario y la tristura de los fados.
A la sombra de una encina de la que no sabía su edad
juré tener por compañera Grandola, tu voluntad.
Después, cada año un viaje y una nueva revelación: playas inmensas y limpias, montes poblados de encinas y eucaliptos, hermosos pueblos: Sintra, Alcobaça, Nazaret, y zonas increíbles como el Algarbe y Bussaco, un lugar único, que cobija miles de árboles y fuentes y un Hotel/Palacio de Cristal, donde reposar de tanta belleza.
Pero lo mejor de Portugal son, sin duda, sus gentes.
El pueblo, derrotando a la dictadura tomó el poder,
y las armas, con la ayuda de los civiles
se convirtieron en claveles.
Amables, cariñosas, cultas, respetuosas. Admirables.
¡Color rojo en aquellas calles!
¡Olor a flores en aquellas calles!
¡También la victoria en aquellos pueblos!
¡Y en las caras de los niños!
Felicidades a nuestros hermanos portugueses por esta nueva conmemoración, que nos enorgullece a todos.
Un 25 de abril lluvioso y lleno de recuerdos entrañables.
Victorina Alonso Fernández.