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-El evento tendrá lugar el miércoles 5 de agosto y contará con ponencias de diversos arqueólogos e investigadores especializados en los castros de la provincia.

El Museo de León contará con una jornada de ponencias durante el miércoles 5 de agosto a partir de las 17 horas. Las intervenciones versarán sobre los castros del Alto Sil, el castro berciano de la Peña del Hombre y el de La Peña del Castro de La Ercina. Posteriormente, en algunos de los castros objeto de la exposición, en el de La Muela (Villablino, León), La Encarnación (Rabanales de Aliste, Zamora) y el de Irueña (Fuenteguinaldo, Salamanca) se realizarán talleres didácticos dirigidos al público infantil al aire libre y respetando todas las medidas de seguridad marcadas por las autoridades sanitarias.

Esta iniciativa está enmarcada dentro de la exposición temporal ‘Investigaciones en Castros del occidente de Castilla y León’, que permanecerá en el museo de la provincia hasta el 30 de agosto. La muestra ofrece un repaso de las investigaciones desarrolladas en los años 2018 y 2019 en el mundo del poblamiento castreño de las tres provincias fronterizas con Portugal por equipos científicos de reconocida solvencia.

Se trata de una iniciativa financiada por un proyecto europeo perteneciente al programa INTERREG ESPAÑA-PORTUGAL 2014-2020, promovido por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y por la Direção Regional de Cultura do Norte del Gobierno de Portugal.

Estas actividades responden al compromiso de la Junta de Castilla y León de apoyar la investigación básica del patrimonio arqueológico y de divulgar sus valores al conjunto de la sociedad.

La muestra expositiva se presenta en los museos de las provincias protagonistas a lo largo del verano, en el Museo de Salamanca, donde fue iinaugurada y ha permanecido durante el mes de julio, en el de León desde el 5 de agosto al 30 de agosto y en el Museo de Zamora, desde el 2 de septiembre al 4 de octubre.

Los castros

Son poblados fortificados situados en las cumbres de cerros, montañas o espigones fluviales, que forman parte del paisaje de las áreas más accidentadas de nuestra región desde hace más de 2.500 años, cuando los grupos humanos buscaron estos lugares defendidos por sus condiciones naturales para asentarse, que además reforzaron con fosos y murallas.

En los actuales territorios montañosos del occidente de la Meseta, en las provincias de Salamanca, Zamora y León, son la única forma de asentamiento de astures, vettones, cántabros o vacceos, pueblos que habitaron durante la Segunda Edad del Hierro (ss. IV y I a. C.).

Tras la conquista romana, en las últimas décadas del siglo I a. C., algunos se abandonaron, pero otros continuaron ocupados, muchos vinculados a la explotación del oro del noroeste peninsular organizada por Roma, o se reocuparon siglos después, llegando en algún caso a mantenerse en uso, de forma continua o por etapas, hasta bien entrada la Edad Media.