Los bajos tipos de interés de los productos financieros y la incertidumbre causada por la COVID-19 ha beneficiado al sector inmobiliario, donde hogares e inversores apuestan por la compra de inmuebles como activos rentables a largo plazo.
La compra de inmuebles se presenta como una inversión segura, rentable y revalorizable, lo cual consolida la idea del inmueble como valor refugio; esta tendencia atrae a perfiles tradicionales como hogares e inversores y jóvenes, antes dedicados al segmento de alquiler.
La crisis de la COVID-19 y la incertidumbre que ha generado ha impactado en el sector económico y en el mercado de valores, mandando notablemente a la baja los tipos de interés de los distintos productos financieros. Esta coyuntura ha beneficiado al sector inmobiliario español, donde hogares e inversores ven en la vivienda un activo atractivo en el cual invertir con rentabilidad a largo plazo, consolidando así la inversión en inmuebles en un valor refugio. De hecho, los inmuebles suponen en España entre el 80 y el 98% de la riqueza de las familias.
“Invertir en tiempos de crisis es una idea alejada de la realidad de muchos núcleos familiares, pero si esta inversión se realiza sobre un bien inmueble que resultará ser la vivienda familiar, el lugar donde construir un proyecto de vida y el cual se rentabilizará de cara a futuro, el esfuerzo económico al respecto merece la pena”, destaca Anna Puigdevall, tesorera de FIABCI España y directora general de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Catalunya (AIC). Y es que cada vez hay más familias que apuestan por la compra de vivienda pensando en sus hijos y en la rentabilidad a largo plazo que ofrecen estos bienes inmuebles.
La vivienda se presenta, pues, como una inversión segura, recuperable y revalorizable, y un activo conocido en el que invertir en tiempos de incertidumbre. Esta tendencia no parece que vaya a cambiar de cara a futuro, pues la crisis sanitaria ha puesto el foco en la importancia de la vivienda. “En plena crisis vivimos un parón en la demanda debido a la incertidumbre, pero la vuelta progresiva a la nueva normalidad ha incrementado las operaciones de compraventa, ya sea de hogares que ven en la vivienda una estabilidad, ya sea de familias que buscan nuevos espacios habitacionales que cumplan con sus expectativas”, señala Anna Puigdevall.
Jóvenes y ‘millenials’: los nuevos perfiles de compradores
La crisis sanitaria también ha atraído nuevos perfiles de compradores que hasta ahora habían apostado por el segmento de alquiler. Se trata de los jóvenes y los ‘millenials”, que además son los que peor ha tratado esta crisis y los que más problemas tienen de acceso a la vivienda. “Teniendo en cuenta que los tipos de interés están por los suelos, los jóvenes empiezan a ver cómo podrían rentabilizar su dinero frente al alquiler, de manera que los pagos mensuales no sean a fondo perdido sino a obtener un bien en propiedad”, indica Puigdevall. Y es que España es un país de propietarios, con una tasa de 1,38 viviendas en propiedad por hogar.
Por lo que respecta a los inversores, las migraciones habitacionales junto con la necesidad de liquidez de los propietarios generan buenas oportunidades que hacen que este perfil también vea la vivienda como un valor seguro para invertir, adquiriendo inmuebles de segunda mano para su rehabilitación y futura puesta en alquiler. “Este perfil se define como compradores con liquidez que saben detectar las oportunidades del mercado y que ven en la compra de inmuebles una operación con la que revalorizar una vivienda y obtener rentabilidad de ella en un futuro”, asegura Puigdevall.
Acerca de FIABCI España
FIABCI España es el capítulo español de la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI). Fundada en 1951 y con sede en París, la Federación es una organización mundial de profesionales convencidos de la importancia de contribuir a una actividad inmobiliaria productiva, dinámica y de alto nivel ético para satisfacer las necesidades inmobiliarias de la comunidad internacional. FIABCI cuenta con capítulos nacionales en 71 países, aunando a cerca de 100 asociaciones profesionales nacionales distintas y a sus socios individuales.