Jorge García Girón, investigador postdoctoral del Departamento de Gestión de la Biodiversidad y el Medio Ambiente, ha tenido que competir con tesis doctorales realizadas en toda Europa.
Su investigación sobre la biodiversidad de las plantas acuáticas a escala global obtuvo el reconocimiento de la European Federation for Freshwater Sciences.
Jorge García Girón, investigador postdoctoral del Departamento de Gestión de la Biodiversidad y el Medio Ambiente de la Universidad de León (ULE), ha sido galardonado con el premio a la mejor Tesis Doctoral Europea 2019-2020, por su investigación titulada Variación geográfica en la biodiversidad de los macrófitos acuáticos: Hacia una integración de la escala y la organización ecológica. (‘Geographical variation of aquatic macrophyte biodiversity: Towards an integration of scale and ecological organisation’), dirigida por las profesoras Camino Fernández Aláez y Margarita Fernández Aláez (ULE), y Janne Alahutha (Universidad de Oulu, Finlandia). Un galardón que concede anualmente la European Federation for Freshwater Sciences (EFFS).
Este galardón es otorgado en concurrencia competitiva entre los candidatos que, anteriormente, han sido reconocidos como las mejores tesis doctorales en un total de 10 países europeos (Irlanda, Hungría, Inglaterra, Francia, España, Alemania, Italia, Rumanía, Finlandia y Suiza).
En el caso de García Girón pudo participar porque previamente la Asociación Ibérica de Limnología le concedió el XII Premio de Investigación en Limnología. El jurado que falló el premio para este joven investigador de la ULE estuvo compuesto por cinco catedráticos de las Universidades de Londres (Inglaterra), Bucarest (Rumanía), Montpellier (Francia), Gerona (España) y Bielefeld (Alemania).
El principal objetivo de la tesis de García Girón fue estudiar la biodiversidad de las plantas acuáticas a escala global, caracterizando sus patrones de distribución geográfica y el efecto del clima, los usos del territorio y las interacciones bióticas sobre las características funcionales y las relaciones evolutivas de estos organismos.
“Encontramos que las comunidades de plantas acuáticas (científicamente ‘macrófitos’) son significativamente más diversas en zonas tropicales, áreas en las que se han mantenido unas condiciones climáticas relativamente estables en los últimos 20.000 años”, explica Jorge García Girón quien ha desarrollado toda su formación académica en la ULE con Premio Extraordinario fin de carrera en Ciencias Ambientales, y que tiene una carrera científica avalada por su expediente de 43 matrículas de honor, sin olvidar que ya aglutina diversos artículos en revistas internacionales de impacto.
Tras especular sobre las condiciones climáticas benignas del Ecuador que han permitido una mayor diversificación de estos linajes, García-Girón, bajo la tulela de las doctoras Camino y Margarita Fernández Aláez (esta última fallecida hace un año), valoró que estas zonas son “puntos calientes” para los organismos que habitan ecosistemas de agua dulce. “Esta hipótesis es un hecho conocido para la flora y fauna terrestre, si bien nuestros estudios corroboran, por primera vez, que las latitudes tropicales actúan como refugios climáticos y evolutivos de la vegetación dulceacuícola”.
ESPECIES DE GRAN VALOR ECOLÓGICO Y CULTURAL
En el desarrollo de su investigación también descubrió evidencias empíricas suficientes de que los cambios en el clima están produciendo una alteración sobre los límites de distribución espacial de las plantas acuáticas en todo el planeta, incluyendo áreas tropicales, templadas y boreales. “Para llegar a una conclusión tan sugerente, lideré varios estudios en colaboración con una veintena de colegas pertenecientes a más de 15 Universidades de los cinco continentes (Universidades de Florida, Sídney, Copenhague, Río de Janeiro o la Academia de Ciencias China, por ejemplo)”.
Del mismo modo, sus modelos estadísticos y moleculares apuntan que la fragmentación de los paisajes derivada de la actividad antrópica y la globalización “podría acelerar la extinción local de estas especies de gran valor ecológico y cultural, pues estos fenómenos alteran los flujos dispersivos que, en último término, controlan los modelos de diversidad de la flora acuática”.
En conjunto, esta tesis ha sido, hasta la fecha, el único estudio sistemático a escala planetaria que plantea “soluciones empíricas globales para la conservación de la fascinante vegetación que habita nuestros lagos, lagunas, humedales y ríos”, explica García Girón quien considera que su investigación emplaza a la colaboración conjunta de múltiples agentes sociales, desde entidades supranacionales a agrupaciones populares, para “asegurar la protección integral de la biodiversidad macrofítica, así como cristalizar el éxito de las estrategias de conservación ambiental implantadas a largo plazo a través de la Directiva Marco del Agua”.