El último episodio de la política que ha tenido que gestionar el gobierno ha sido la crisis con Marruecos y todo lo que se deriva de ella, en especial la humanitaria.
Viene este episodio como anillo al dedo para para poner sobre la mesa una evidencia, como es la histórica trayectoria de oposición del PP a toda gestión, iniciativa o ley que lleve a cabo el gobierno del PSOE, ya sea sobre asuntos considerados de Estado, ya sea sobre derechos de los ciudadanos o sobre derechos humanos en general.
En este caso podemos reconocer que la gestión de esta crisis podía hacerse de otra forma, o incluso reconocer un error del gobierno pero el PP debería de haberse puesto a su lado y una vez pasado el episodio hacer la critica constructiva que considere necesaria en vez de dedicarse a dar oxigeno a partidos marroquíes de difícil homologación democrática, y mucho menos dar oxigeno a un gobieno cuasi feudal.
Pues bien, si hacemos un breve recorrido por la historia democrática desde la transición, hemos de concluir que el país ha ido avanzando a pesar del PP que ha venido a ser un verdadero lastre para políticas de avance social o de reconocimiento de derechos.
La propia CE (Constitución Española) salió adelante con las dudas de los votos del partido de AP (Alianza Popular), liderado por el Sr.Fraga y que sería el germen del PP (la refundación ocurrió en el IX congreso en 1989). De los 16 diputados que tenia AP en 1978, cinco votaron en contra de la CE y tres se abstuvieron.Eran tiempos difíciles porque los rincones del país estaban todavía bajo los influjos de la Dictadura pero quedó claro que AP no tuvo el olfato político para advertir un momento histórico que exigía una mirada de futuro. En el año 1981 vota en contra de la Ley de divorcio presentada por el Ministro de Justicia perteneciente a otro partido de la derecha: la UCD. En el año 1985 se aprueba la Ley del aborto con la oposición de los votos de AP que además pone en marcha un recurso de Inconstitucionalidad, como tantas otras veces ha hecho. Así todo se aprueba la Ley para solo tres supuestos, cuando la sociedad ya iba por delante en sus pretensiones. Hay que decir referente a esta Ley, que el gobierno de Zapatero aprobó el aborto libre en las primeras 14 semanas en el año 2010, pero nuevamente en el año 2014 el Ministro Ruiz Gallardón intentó volver a la Ley de los tres supuestos si bien gracias a las movilizaciones ciudadanas y a la propia inacción del gabinete de Rajoy, la cuestión declinó y el Ministro tuvo que dimitir.
Y así podriamos seguir enumerando otras cuestiones a las que se ha opuesto el PP como la despenalización de la anticoncepción y la liberalización de “la píldora del día después”,la oposición a la Ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres,al Estatuto catalán, a todas las Leyes de educación, a la reciente ley de eutanasia …y muchas más.
Todo este bagaje del PP es una rémora que debemos de tener en cuenta para no confundirnos a la hora de dictaminar el patriotismo de cada uno, ahora que está tan de moda, y para ver quien ha puesto más carne en el asador de la política.
Y todo esto me viene a cuenta de la próxima “crisis” del gobierno que sin duda serán los indultos de los presos del procés.
Es la primera vez en la historia democrática que el PP hace una oposición frontal ante este acto de gobierno y lo malo es que se hace sin otro objetivo que el desgaste del gobierno y la búsqueda de rédito electoral, porque lo que hacen es enfocar las miradas de los ciudadanos hacia la medida (indultos) y no hacia el tema de fondo (independencia). Sabemos que los indultos no serán rentables electoralmente pero sin duda contribuirán a desbloquear la situación política del tema catalán. El PP no tiene un plan político para esta cuestión salvo la aplicación del 155 y remitir todas las cuestiones a los Tribunales. La oposición del PP para este y todos los casos debería consistir en dar la explicación de sus alternativas y confrontar con el gobierno en base a criterios políticos o de gestión.Ya no vale el no es no y remitir todas las cuestiones a los Tribunales de Justicia porque a la postre, convierten a los jueces en los verdaderos artifices de la política de este país.
Si todo acaba en sus manos, los ciudadanos estamos impotentes porque no los elegimos y además las decisiones ajustadas a Derecho no son muchas veces ni las más justas ni las ideales para hacer camino.
Angel L.Nieto
Junio 2021