(Sufrimiento y riqueza trajo la mina
Sufrimientos y quejíos ayer, hoy, homenaje)
En Fabero un pueblo minero enclavado en el corazón del Bierzo, se celebró ayer la 60 Edición del Festival del Cante de las Minas de La Unión para optar a los cuatro premios: cante flamenco (trofeo ‘Lámpara Minera’), guitarra flamenca (trofeo ‘Bordón Minero’), baile flamenco (trofeo ‘Desplante’ masculino y femenino) e instrumentista flamenco (trofeo ‘Filón’).
La primera actuación nos dejó sorprendidos por la belleza y armonía de Fabiola Vanadia Avellano, la bailaora, y el desgarro del cante. :”Que te miraras en ellos cuantas veces te dije”/ “El que trabaja en la mina conoce el mundo por dentro y lo demás lo adivina”/ .Y así uno tras otro iban desgranando los cantos embellecidos por el baile.
La voz como instrumento para decir la alegría y la tristeza, el amor y la pena; la voz como herramienta de rebeldía frente al infortunio. “Porque quiero ser minero por favor no llores mare, que minero fue mi padre y “minerico” mi abuelo”.
Después, el cante de José Antonio Romero Pérez, entonando las provincias andaluzas; la última dedicada a Granada decía: “A Federico García Lorca, caminante y pionero, Granada puso un letrero de brillantes caracolas”
Después el baile otra vez, en esta ocasión, por Juan Tomás Domínguez Cancela, un bailaor joven que mostraba con su arte, la belleza, la fuerza y la cadencia, de un pueblo –el gitano- que lleva, en la sangre, el ritmo.
Le siguió la guitarra de Martin Fayos Limón, un artista que parece hacer volar las notas.
Finalizó el acto con otra actuación de cante y baile. Su fuerza y hermosura levantó a los asistentes, que aplaudían una y otra vez, sentados en la explanada que rodea el Pozo Julia, el último en cerrarse y el más emblemático de la cuenca. Tierra negra, restos de carbón, y la sirena con su aullido, llamando al trabajo. El sol con su inclemencia y el frio helador que nos dejó cuando se fue, quería tal vez mostrar, la dureza del trabajo en la mina.
Faberenses, bercianos y gentes venidas de la Unión, asistíamos sobrecogidos, a unas actuaciones que nos unía a otras tierras, a otros hombres y mujeres, que durante siglos extrajeron a la tierra su riqueza: plata, zinc, hierro, carbón, para poder sobrevivir. Y la tierra les ofreció lo que tenia, ayudando a su asentamiento, aquí en Fabero, en la Unión, o en Bembibre, en zonas de Palencia, Murcia, Huelva y en otros muchos lugares de España y del mundo.
Estos cantes, llenos de gemidos y dolor, que siguen rememorando lo que ocurrió, nos unen y traen el pasado –aún reciente- a nuestros días. Una iniciativa admirable, llevada a cabo por el municipio de La Unión y realizada en Fabero, gracias al trabajo de su alcaldesa y del Consejo Comarcal del Bierzo.
Victorina Alonso Fernández