El ‘pasaporte COVID’ europeo ya está aquí. Después de unas semanas de incertidumbre por las desavenencias entre el Parlamento Europeo y los Estados Miembros de la UE, el documento, que promete hacer posible recuperar parcialmente el turismo continental de cara a verano, finalmente ya está en funcionamiento. Las estimaciones del Ministerio de Turismo es que gracias al certificado acudan al país el doble de turistas que el año pasado, entre 14,5 y 15,5 millones, pero, dada su reciente puesta en marcha, existen dudas sobre en qué consiste este documento, cuáles son sus claves desde el punto de vista jurídico y cómo mejorará la situación del turismo postpandemia.
Felipe García Hernández, socio de Círculo Legal Madrid y responsable del Área de Turismo del bufete, Mercedes Tejero, gerente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), y Pedro Giménez, director North Atlantic Joint Business en American Airlines, han explicado en una conferencia en qué consiste el certificado verde digital y cómo afectará a la industria turística en España.
Los ponentes se han mostrado de acuerdo con que el pasaporte Covid será una medida transitoria, cuya finalidad es salvar el turismo en 2021 y no saldrá del contexto europeo por las dificultades que entraña el intercambio de datos sanitarios fuera del marco conjunto de la UE.
En este sentido, han coincidido en que es una medida que llega “tarde” y no ha venido acompañada de otras para impulsar el turismo seguro, como la vacunación de los trabajadores del sector turístico o ayudas monetarias.
¿En qué consiste?
De este modo, el certificado monitoriza si la persona se ha vacunado, tiene una prueba negativa de presencia del coronavirus o si ha desarrollado anticuerpos por haber pasado la enfermedad de forma reciente. Mercedes Tejero ha explicado que los plazos son “de catorce días después de recibir la pauta completa de vacunación, 180 días después de la última prueba PCR positiva, mientras que para las pruebas; 72 horas para las pruebas PCR y, por los Estados miembros que lo acepten, 48 horas para las pruebas rápidas de antígenos”.
“En realidad, no es muy diferente de las restricciones de viaje que había impuestas hasta ahora”, ha señalado por su parte el abogado, quien añade que “se incluye la vacunación” y apunta como cambio más importante al del “intercambio de datos de inmunización entre las administraciones de los estados, bien sea por vacunación o por haber pasado recientemente la enfermedad”.
Además, el certificado va acompañado de un “freno de emergencia”, que anula el mismo en casos excepcionales, como la alta prevalencia en el lugar de origen o la existencia de nuevas cepas, tal y como ha apuntado Mercedes Tejero.
Este intercambio de información se dará entre los 27 países miembros más Noruega, Islandia y Suiza. Es importante señalar que, para poder aceptar la entrada de la persona vacunada, esta debe haber recibido una dosis de alguno de los fármacos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). “Esto crea una problemática, ya que países miembros como Hungría han vacunado a parte de su población con vacunas no autorizadas”, ha señalado Felipe García.
El certificado va acompañado también de una “aclaración y simplificación de los requisitos impuestos por los Estados miembros”, ha explicado Mercedes Tejero. Así, en base a la evolución epidemiológica, códigos de colores a las zonas, que se identifican con las restricciones de viaje que se les impondrán.
De este modo, la evolución de la llegada de turísticas del país dependerá de que España entre en los “semáforos verdes” de riesgo bajo, de acuerdo con los ponentes, una situación vital para que se recupere con la mayor normalidad posible.
Claves jurídicas
El pasaporte verde europeo tenía el reto de conciliar el derecho a la salud y la libertad, así como la protección de datos personales. Especialmente hacia un segmento de la población que es más reacia a la vacuna. Al ser la inoculación un proceso voluntario, era importante no crear una situación que distinguiera entre ciudadanos de primera y de segunda.
Por otro lado, la medida servirá de gran utilidad para levantar en Europa las restricciones a la libre circulación en el espacio Schengen que actualmente están en vigor y que en todo caso deben tener un carácter transitorio, así como incorporar la vacunación como supuesto de entrada libre en los países.
En este sentido, esta disposición no plantea “ningún problema desde el punto de vista jurídico”, tal y como ha opinado Felipe García. De hecho, tal y como recuerda el abogado “las restricciones de entrada o salida de algunos países con vacunación han estado vigentes siempre” y el derecho a la salud pública “prima sobre el resto”.
En cuanto al respeto de la protección de datos como consecuencia del intercambio de información, el abogado ha explicado que, en base a las leyes de protección de datos europeas, rígidas, pero a la vez flexibles en casos “justificados por necesidad”, los certificados incluirán “un conjunto muy limitado de información”, que en cualquier caso sería necesaria.
Así, los datos que intercambiarán los países entre sí serán el nombre, la fecha de nacimiento, la fecha de expedición y la información sobre la vacuna y así como las pruebas negativas que se haya hecho la persona. “Una vez certificada la información, los países no podrán conservarla”, ha señalado Felipe García, quien ha añadido que se conservará exclusivamente por el Estado miembro que haya expedido el certificado.
“El intercambio de información solo persigue un objetivo de verificación, a través del código QR al entrar al país”, ha concluido el abogado.
Salvar el verano
La representante de la CEAV ha recordado que la organización “lleva meses pidiendo al Gobierno de España que se implantarán todas estas medidas” y considera que llega “tarde” ya que lo ideal hubiera sido tenerlo activo de forma general el 1 de junio.
Coincidiendo con esta idea, durante su intervención, Pedro Giménez ha lamentado la “tardanza” de los estados miembros y España para agilizar la entrada de turistas ya vacunados, poniendo el ejemplo de Estados Unidos, un país cuya mitad de la población “ya está vacunada” y que supone en zonas como Madrid, el principal foco turístico.
El experto ha explicado que el turismo estadounidense “ya se mueve en niveles previos a la pandemia” y Europa ha reaccionado tarde para captar este mercado de turismo seguro. En ese sentido, los certificados digitales son complicados porque los gobiernos “no comparten los datos sanitarios con países ajenos al contexto Schengen”. “Actualmente los ciudadanos vacunados pueden entrar en la UE, pero con un certificado físico, no digital”, ha señalado el experto.
A pesar de ello, teniendo en cuenta las previsiones del Ministerio de Turismo y la posibilidad de que los turistas doblen su número gracias al documento con respecto al año pasado, los extranjeros que visiten España este verano “podrían suponer aproximadamente el 40% de los turistas que llegaron en 2019”, ha señalado Mercedes Tejero, “una cifra todavía considerablemente baja con respecto al período prepandemia”.
“No obstante, esto puede cambiar en función de algunas cuestiones, como que España entrase en zona verde en el sistema británico, ya que hay mucha demandan embolsada de turista británico que quiere venir, por lo que las previsiones se incrementarían”, ha advertido la experta. |
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