Desde que Remigio se había comprado un ordenador moderno, todas las personas que moraban en la residencia, sabían que podían contar con él para cualquier duda que tuvieran sobre nuevas tecnologías. Remigio se estaba convirtiendo en el faro de la residencia, desde donde se veían todas las ondas nuevas que llegaban e irradiaban mensajes de buen talante para tantos surfistas de la red. La gran inquietud de saber llevó a Remigio a hacerse con un equipo supermoderno muy poco antes de que se iniciara la terrible pandemia del Covid-19. Gracias a él, todos los días se reunían en el salón de la residencia, donde Remi había trasladado su equipo informático, muchos de los moradores del centro. Durante un par de horas, se intercambiaban mensajes los residentes con sus familiares, también con otras residencias, y sobre todo, conectaban cada día, durante un rato por las mañanas con Facebook, para acceder al espacio dedicado a la poesía, que Manuel Meléndez Vaz, había inaugurado en su página “Veguellina de Órbigo, un lugar para todos”, desde que había comenzado la pandemia. Ese espacio, les mantenía espabilados y enérgicos durante la mañana, ya que primero veían el contenido y luego lo comentaban y eso además les servía para estar conectados con el resto de seguidores de la página. Tanto es así, que a día de hoy, siguen pendientes de la página y envían fotografías, recuerdos, anécdotas, vamos que se han creado nuevos vínculos y se han vuelto a reafirmar algunos que llevaban desconectados desde hacía muchos años.
Mordida existencial: Visto retrospectivamente, he de decir que personalmente supuso para mi, un precioso impulso durante el tramo duro de la pandemia, ya que fui colaboradora de esa página cada día, gracias a la invitación y el celo que en ello puso Manuel Meléndez Vaz, al que desde aquí, le agradezco infinito que me dejara asomarme a su proyecto. Gracias a Manuel Meléndez Vaz, cada día, mis neuronas intentaban estar ahí para converger en su página con humildes aportaciones, que para mi suponían tener ilusión, y lograron mantenerme activa y llena de ganas. Pero este hombre que tiene iniciativa para parar un tren, después de la fase dura de la pandemia, creó otra página llamada “León También es Así” en la que entre otras muchas facetas y apartados, está “La ventanita”, un espacio para los miércoles, a donde asoman los poetas para dejarnos esa ambrosía de palabras que cada uno lleva consigo. Los viernes en su espacio “Por amor al Arte”, podemos recrearnos con toda clase de artistas. Nunca ha tenido mejor significado la mordida existencial, que en estas páginas de Facebook, creadas por Manuel Meléndez Vaz. Compruébalo, asómate a estos espacios que dignifican las redes sociales, son verdaderas muestras de una existencia donde la humanidad muestra sus mejores galas. Desde estos renglones GRACIAS a Manuel Meléndez Vaz por su buen hacer.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo