La Encuesta de Población Activa del 2ºT de 2021, publicada hoy por el INE, da una de cal y otra de arena a la situación de la economía y el mercado laboral en la provincia. Entre abril y junio subió el paro un 1,23% pero también aumentó la población activa un 1,01%, lo que nos deja la tasa de paro en el 15,35% con una tasa de actividad del 50,05%.
No son buenos datos, al contrario, estamos peor que hace un año. Las personas sin trabajo han seguido aumentando en León hasta superar los 30.000 parados. Son 3.000 desempleados más que en el trimestre anterior y 1.300 más que hace un año. Si lo comparamos con las cifras registradas en Castilla y León y en España, la provincia no queda muy bien parada, ya que el índice de desempleo de León es superior a la media regional (12,59%) y a la media nacional (15,26%). Tenemos la segunda tasa de paro más alta de la comunidad, tras Ávila y la peor tasa de actividad, pese al ligero incremento. Todo esto nos indica que la crisis económica, las restricciones y limitaciones derivadas de la pandemia y los desequilibrios que arrastra la provincia siguen afectando y mucho a la recuperación de la actividad empresarial y, por consiguiente, a la generación de puestos de trabajo.
Observando el peso de los distintos sectores productivos y los que acaparan más activos, volvemos a constatar la excesiva dependencia del serctor servicios que agrupa al grueso de las personas activas de la provincia llegando al 70,3%. Le sigue la industria con un 9,8% de los activos; construcción, con un 6,1% y finalmente, la agricultura, con un 5,2% de la población activa.
El crecimiento de la población activa en 3.400 personas (hasta los 197.100 activos) y de ocupados en 600 personas, además de la disminución de trabajadores afectados por Ertes hasta los 2.758 son los únicos apuntes positivos que podemos rescatar de esta segunda EPA del año.
Viendo la situación de León y que, además, la evolución del paro en el 2ºT en el conjunto de Castilla y León es de las peores de España, es urgente que las administraciones públicas en sus distintos niveles y competencias implementen políticas y medidas eficientes que luchen contra el principal problema que tiene esta provincia, que no es otro que la constante y dramática pérdida de población y envejecimiento, además de corregir con inversiones los graves desequilibrios que limitan el crecimiento empresarial y la creación de empleo estable. Esperamos que los fondos europeos sirvan para este objetivo y se orienten y repartan con equidad para que también lleguen a las pymes y les ayude a afrontar su modernización y transformación verde y digital.