En estos dias hemos conocido las conclusiones del nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio Climático (IPCC), que por cierto, no nos cogen de sorpresa ya que vuelve a incidir sobre la perentoria necesidad de ejecutar un cambio radical en nuestro modelo productivo y en el sistema económico dominante.
Establece líneas rojas que no deberíamos sobrepasar y por tanto se nos presenta como una nueva emergencia global junto con la de la Covid-19. La pertinencia de este informe no es otra que la de poder evitar millones de calamidades y muertes futuras de seres humanos – otra pandemia en diferido – de ahí las dificultades para hacerse un hueco importante en las agendas de la política en los distintos pases.
Desde hace mas de 40 años, mas o menos desde el tanden representado por Margaret Thacher – Ronald Rigan, el mundo ha permanecido conviviendo con la idea de que no hay alternativa a la sociedad actual, que otro sistema no es posible. Sin embargo cada vez son más las voces autorizadas que se manifiestan en el sentido de que si queremos librarnos de futuras catástrofes tendremos que abandonar una buena parte de lo que nos seduce de nuestro modelo de vida.
Ya no vale darse por no enterados de las consecuencias con respecto al clima, no vale dejarlo para más adelante…La versión actual de este hipercapitalismo depredador no tiene futuro, no puede seguir aspirando al crecimiento continuo porque se impone a la lógica fundamental de servicio público y no respeta los principios fundamentales de ciudadanía.
La historia de la humanidad nos ha enseñado que se han desarrollado multitud de luchas y guerras permanentes, contra el fascismo, el terrorismo internacional, las drogas etc… pero ninguna ha concluido ni es probable que lo hagan, pero la lucha contra el cambio climático debe ser sí o si por el bien de la vida sobre la tierra.
Aunque a menor escala, por supuesto, no quisiera dejar de mencionar otras «emergencias» que actualmente ocupan a los ciudadanos de nuestro país, me refiero a la de la energía eléctrica y a la de la vivienda. Se trata de dos bienes de primera necesidad cuya problemática para los ciudadanos era perfectamente conocida desde hace tiempo y que formaba parte de los puntos del acuerdo de gobierno de coalición que deberían ser solucionados.
Parece que ambos temas constituyen un punto de debate y de fricción entre los dos partidos del Gobierno pero la parte mayoritaria (PSOE) ha enseñado la patita y parece que se conforma con el funcionamiento del mercado de las eléctricas y con el buen hacer de los arrendadores de vivienda.
Creo que la mayor parte de los ciudadanos que ni son bolivarianos ni socialcomunistas, verían con buenos ojos la intervención del Gobierno y manejar el BOE de acuerdo con lo que establece el art 128 de la CE (1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. — 2… Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.)
La ministra del ramo (PSOE) ha tirado de ironía para contestar en la cadena SER a la pregunta de qué puede hacer el Gobierno para que baje el precio de la luz en el corto plazo.
Hemos de recordar que tanto PSOE como PP fueron los impulsores de la privatización de las empresas eléctricas y tienen o han tenido a varios exministros y Ptes de Gobierno en sus consejos de administración.
Es la voz de su amo.
Otro tanto ocurre con el precio de la renta de las viviendas; nadie se atreve a ponerle coto y hay distintas opciones, pero parece que en algunos sitios fuera del país e incluso la propia ley catalana sobre el tema han con seguido una contención de los precios.Se requiere que el Gobierno legisle a favor de la mayoría y deje de echar las culpas al PP o se invente historias para seguir lo mismo.
Para esto ni nos representan ni los necesitamos.
A.LNieto
Agosto 2021