Hola Eva, recibe esta ofrenda como nosotros recibimos de ti, / los trazos cálidos de tus pasos en el lienzo de la vida. / Nosotros que hemos tenido la suerte de caminar a tu lado. / Hola Eva, te hablo desde la cercanía más atenta, / porque sé que estás ahí, sentada, entre nosotros, / disfrutando de una tarde de amigos y letras. / Vienes con pinceles en tus alas de colores. / Traes sonrisas de sueños y de abrazos, los que tu has dado: / apretados, sinceros, llenos, cálidos y amarrados a la espontaneidad / de la que tu eras arte y parte. / Tu eres repartir y compartir vida, respeto, empatía, / y eso lo respira tu obra además de elegancia, elasticidad y amor. / Pero un buen día, no hace tanto, o sí, / puede que haga más de un siglo de cálidos acogeres, / un buen día, digo, la vida, que es maga de regresos, / te presentó a su hermana gemela, la maga de las idas sin vueltas, / y se enamoró de tu sonrisa, de tu efecto cálido, de tu saber / estar en y con el otro, y se quedó contigo. / No pudo pasar ya ni un segundo, sin tus ojazos negros. / Y allí estás, seguro que inventando para ella / paisajes llenos de versos entretejidos entre tus trazos. / Pero sigues aquí conmigo, al abrigo de mi corazón, / con nosotros, en la inmortalidad de tu pintura, / en tus cascabeles que suenan cada vez que tu nombre / me, nos abraza. Sigues aquí, sentada en la orilla de tus palabras, / en el canto amable y amigo que nos daba tu presencia.
Siempre dije que hasta la muerte, todo es un “hasta luego”, pero he comprobado que contigo, esto no vale. Un día te dije “hasta luego”, y muy pronto ella, la hermana gemela de la vida que nos robó tus manos, vino a por ti, y sigo sintiendo “hasta luego”, porque sigues en estas líneas, en estos límites que forman nuestros caminos. Cuando descubrí tu respirar, supe que latías en el espacio de los que convocan empatía. Tus fibras hechas de colores y trazos, tus sesos exhibiendo sentimientos hacia la cara menos favorecida de las cosas, pero con la fascinación, la dulzura y la inteligencia de la diosa que vive en tus obras. Hoy aquí, entre los que te tuvimos en los días de siembra, conectamos juntos en tu copa de colores, cabemos todos en tu preciosa sonrisa, cabemos en tu respiración abarrotada de arte. Hoy aquí, no hay olvido, ni derrota, ni soledad; solo estamos disfrutando de la enorme fortuna que de ti heredamos, esa que nos dejaste escrita a cada uno, en el surco que abriste en nuestras venas. Hoy todos latimos contigo, para ti, por ti. Gracias Eva por seguir teniendo en nuestras vísceras tu recuerdo imborrable.
Hasta luego Eva y recibe esta ofrenda como nosotros / recibimos de ti, / los trazos cálidos de tus pasos en el lienzo de la vida.
Neuronada: Eva del Riego Villazala, nos dejó muy pronto, y en el Cuento Cuentos Contigo, celebrado el pasado viernes 14 de octubre, gracias a Marcelo Oscar Barrientos Tettamanti que dirige esta orquesta de letras desde la cafetería Varsovia en León, después de que su creadora Flor Méndez Villagrá le dejara el testigo de tan honorable tarea, se celebró un sentido y precioso homenaje a Eva del Riego Villazala, siempre presente en el acto con su cálido recuerdo y su obra, que estuvo durante todo el acto-homenaje, escuchando atenta las bellas palabras que allí se escucharon.
Eva musa inspiradora de los que te conocimos. Eva mirada limpia que siempre te agradeceré. Eva gracias por habernos tropezado.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.