Las cosas de la vida son líneas, / que recorremos con el aliento del barro. / Pero hay cosas que nos hacen mejor barro, / son esas por las que el ritmo de nuestros átomos, / detienen por instantes sus vuelos, / se paran a inspirar el sustento de las palabras, / de los versos, de las voces / que alimentan los últimos viernes de cada mes / a todos los que escuchan o declaman / en el anfiteatro de San Marcos en León. / Un rumor de lilas que vuelan / como cepas amarradas a los poemas, / recorre la columna vertebral del Ágora / para irrigar con su aroma, / todos los versos que pueblan / la sangre violeta de las sílabas. / Las sílabas que esparcen su maná / entre todos los presentes. / En el Ágora todo es poesía, / es poeta el que lanza sus vocablos / a los puntos cardinales de la existencia, / igual que lo es el que escucha, / y se contamina con las vibraciones / que le sugiere su corazón, / mientras recibe a los poetizadores / de los diccionarios aún por florecer. / El Ágora es un semillero de palabras, / un diccionario de sensaciones. / Es el bizcocho de Yolanda, / el compañerismo de Ana, que reparte el bizcocho. / Ágora son Alejandro, Marcelo, Paco, Eugenio, / notarios de imágenes y de afectos. / Ágora es Ramiro, y todos los que con su amor, / entrega y la rítmica de su continuada asistencia, / siempre están ahí, sujetando el Ágora, / para que siga creciendo. / Para que siga siendo el refugio / donde descansar las palabras, / donde morar los versos por siempre.
Neuronada: El hogar de la vida es Naturaleza. Como venimos diciendo en toda esta serie, hasta llegar a este capítulo septuagésimo cuarto, la humanidad ha estado desterrada bajo Tierra durante un milenio, eso quiere decir que estamos en 3.023. Naturaleza ya deja que los humanos salgan a la superficie, de ahí que este Ágora sea el viernes 28 de abril de 3.023 Ya sé, estamos en 2.023…, o no, cada uno que se quede en el milenio que quiera, yo me quedo en 3.023, eso querrá decir que Ágora sigue existiendo, aunque los que estemos ahora en Ágora ya seamos motas de Universo.
Aclarado el título de este texto, solo queda agradecer, hasta el 3.023 y más alla, a Ramiro esta preciosa iniciativa que gracias a él, y a todos los que son asiduos a estar cada último viernes de mes en el anfiteatro de San Marcos, esté consolidado este hogar de las letras. El próximo 26 de mayo, Ágora cumplirá diez años. Para este décimo aniversario Ramiro está preparando un acontecimiento especial, y no es para menos. Ágora es un milagro (a veces existen los milagros) de palabra, obra y acción. Gracias por todos los versos que han tejido una urdimbre de sentimientos para dar sentido a la vida. Gracias también a los fotógrafos que dejan testimonio con sus fotografías, son los notarios del verso. Si corren palabras por vuestras venas, el próximo 26 de mayo, tenéis una cita ineludible en el Ágora.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.