El Ayuntamiento de Sariegos homenajea a su vecino recordando toda una vida en Carbajal de la Legua
Manuel Lorenzana Hidalgo nació en Carbajal de la Legua el 25 de octubre de 1923. 100 años después el Ayuntamiento de Sariegos le ofreció un merecido homenaje en el Salón de Plenos, con todo el equipo de gobierno reconociendo con un escudo municipal «su servicio a todos los vecinos a lo largo de su vida», como destacaba el alcalde de Sariegos, Roberto Aller. También la Junta Vecinal, de la que es presidenta Araceli Robles, quiso estar presente y dirigirle unas palabras de agradecimiento. Y junto a los concejales de Sariegos y los familiares de Manuel Lorenzana, muchos vecinos y amigos que quisieron acercarse a compartir una tarde llena de sorpresas, incluido el «cumpleaños feliz» que entonó uno de sus nietos, que es músico, y alegrías para su nuevo vecino, que ya forma parte de la historia del municipio de Sariegos al llegar a la envidiada cifra de 100 años .
Fue un día emotivo en el que Manuel Lorenzana demostró que mantiene una cabeza prodigiosa que cultivó desde muy pequeño porque sus padres, Juan y Juana, le mandaron a él y a sus hermanos a los 6 años a la escuela. “Recuerdo que me dijeron: no tienes que perder ni un día de ir a la escuela porque yo no se leer, ni escribir y no quiero que quede ningún hijo mío asi”.
Ésa fue una de las anécdotas que compartió con los familiares y el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sariegos que le acompañaron en un día tan especial en el que recordó desde a su primer profesor, Don Gabino, maestro de Carbajal.
Manuel estudió hasta los 14 años compaginando los estudios con el trabajo ayudando a sus padres, que eran agricultores.
En un siglo de vida caben momentos muy duros, como cuando perdió a su hermano Ceferino en la Guerra Civil, en 1938) en Teruel; y otros tan agradables como el día que, a los 28 años conoció a la que iba a ser su mujer, Minda García Fernández, también de Carbajal, donde Don Genaro los casó el 24 de abril de 1954. Tuvieron dos hijos, Ana María y Aníbal, que le ayudaron durante muchos años a las tareas de la economía familiar, primero en la labranza y después con 11 vacas, vendiendo leche en casa a los vecinos, y sin dejar nunca del todo la agricultura, haciendo también varias campañas en la Azucarera.
Su vocación de servicio público le llevó a ser presidente de su pueblo 6 años y medio, desde el 5 de marzo de 1964 hasta el 26 de noviembre de 1971.
Viudo desde hace dos años, era a Minda a quien más echaba de menos en este día en el que no le faltó el cariño de sus cuatro nietos (David, Alejandro, Raúl y Álvaro) y de su biznieto Adrián que le miman cada día en su casa de Carbajal de la Legua, donde su familia le atiende y le acompaña.
Manuel Lorenzana no sabe cual es el secreto de su longevidad, pero quizás sea gracias a una rutina muy sana, como explica una de sus hijas, Ana María, «porque le gusta madrugar. El aseo es parte fundamental de su dia día, desayuna y a continuación dedica tiempo a leer un libro o el periódico y no puede faltar su paseo a mediodía, antes de comer. Se puede decir que es un hombre metódico y puntual para todo, los horarios forman parte de su rutina. Eso sí, come de todo, aunque le gusta la comida sabrosa y tirando a picante, la casquería, los callos, el cocido y todo lo que sea plato de cuchara».
Un día para el recuerdo para Manuel, a quien aprecian muchos sus vecinos, que no dudan en acudir a él para resolver cualquier duda del pasado porque tiene una cabeza privilegiada que se acuerda de todo. Un hombre sabio y prudente. Y ahora también, centenario.