Desde el principio al fin dejó resbalar mí imaginación y estremecimiento a través de un cúmulo de respiraciones, intuiciones, palpitaciones que muestran mí pintura transparente y en carne viva, tan fresca como sutil, tan salvaje como desnuda, todo y nada, pasa por el filo de mis ojos dando paso al color, la luz y la vida en los lienzos en blanco que tiemblan mientras me esperan.
Pero es la pintura mí verdadera palabra, es ella la que podrá hablar por mí, todo lo otro será un accidente innecesario.