El pasado, aunque no lo parezca, si que mueve el agua del molino, del molino integral, y lo hace de forma prevalente e incluso por encima de las acotaciones/ imposiciones/ censuras que, por lo tan manido de que tiene de haber todo, puedan existir (¿acaso no es aquello de que “habeílas hailas”?), ser de variado tipo y hasta de procedencia, tal que lo propio apenas aparezca y se dediquen ínfulas sin fin y hasta sin concierto, a todo aquello que se mueve en la órbita (¿y/o lobbys de la misma?) de lo que parece (¿solo parece?) como dominio y/o espacio de la gobernanza de la centralidad.
Con tal exposición preambular, que es un adorno de nuestra cuasi familiaridad presencial de cotidianeidad, el traer, a vuela pluma, al concreto y preciso día de hoy, o sea en el 5-8-2024, haciéndolo al presente del retortero coloquial y comunicacional, con acontecimientos tan lejanos como los ocurridos hace 1085 años, que obviamente son muy lejanos, nos parece que ello podría ayudar, en situación que auspiciamos, tanto cualitativamente (por lo de darnos,¡y todos!, regeneraciones baños emocionales) como cuantitativamente (en la positiva incrementación, ¡por cada uno de nosotros!, de las trascendencias que nos acompañan) al paisanaje en el que, ¡aún gracias!, todos los de aquí, sí que convivimos.
Hablar, entre nosotros ( los del aquí situacional y el ahora interactivo) y puede que también para algún que otro foráneo, de la histórica “Jornada del Foso de Zamora”, [-.- ubicándolo ya en el espacio del ‘Dominio Románico de la Corona Leonesa’ iniciado en año 910 ( o sea con solo 19 años) , después de haber estado previamente en el ‘Dominio Románico de la Corona Asturiana’ -.-]
haciéndolo al bote pronto y trasladandonos mental y viajeramente al acontecimiento, ¡ya milenario!, del año 939, parece que sería indudable el resituarnos en aquellos momentos, con la referencia integral de los mismos y toda la completa carga (épica, cultural, religiosa política y de raigambre) de su acompañamiento, donde la climatología ( en pleno mes de agosto) no sería algo valadie.
Desde la atalaya de “El Temblajo”, una vez que hemos subido en bici el “Camino de Las Lecheras”, la perspectiva que se tiene sobre nuestra leonesa ciudad de Zamora, es muy otra de la que posiblemente se argumentara en el interior de la población ( como lo suelen hacer nuestros turistas) y ello lleva directa e indudablemente a su mejor encuadre y a su mayor cotejación valorativa. Frente a otros pareceres, hemos sostenido que los miradores de la leonesa ciudad de Zamora, no solo son los que están dentro del recinto murado de nuestra urbe , como el conocido “Mirador del Duero” y/o “El Troncoso” (tan apreciado familiarmente, ya que en la casa/vivienda, que en su momento lo ocupó, nacio mi esposa Carmen).
Podemos tomar otras perspectivas, que aumentan la importancia histórica de la leonesa urbe de Zamora, con otras vistas como las que nos aportan externamente otros lugares no muy lejanos a la propia población. Son aquello, por donde transcurrieron nuestros tiempos infantiles y juveniles, los que están fuera de la propia ciudad de Zamora o en extremos de ella, sea en San Frontis, El Viso, Valbueno, Las Vistillas, Alto de San Isidro o El Temblajo, e incluso La Mora o el camino de Roales del Pan a La Hiniesta del Pan (donde está la Patrona Comarcal de Tierra del Pan). Estos otros observatorios realzan la perspectiva de la ciudad de Zamora sobre
acontecimientos, como el del 5-8-939, que en ella tuvieron lugar.
Los 1085 años sobre la “Jornada del Foso de Zamora”, no solo están, ¡con si estarlo!, para cotejar el tiempo pasado transcurrido y sus avatares de todo tipo y condición, desde tal épico evento, ¡tan impactante!, también lo e para indicarnos a todos, los de este aquí, cuasi en “La Raya”, pegados a La Vía de La Plata (insertados bi- constitucionalmente en la regionalidad leonesa), lo que sí somos ( y desde antiguo), quienes somos (y también desde antiguo) y cuál puede ser, desde lo precedente, nuestro papel (propio y activo como ciudadanos regionales leoneses, ciudadanos españoles de siempre y ciudadanos europeos) a llevar a efecto y protagonizar.
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florian D’Ocampo.