Cuando desde antes de los inicios preconstitucionales, a caballo entre el sistema/régimen/dictadura {«SRD’1936»} y lo que se autollamaba (y por el propio centralizado gobierno) como la Transición Política {«TP’1975»}, por parte del Movimiento Leonesista ML {GRES,CCZZ,GAL} y, por ende, del PREPAL, comenzamos mancomunada, decidida y tesoneramente, con propio `estilo regional leonés´, a divulgar las esencias de la leoneseidad, tanto en su ambiente amplio de toda la Corona Leonesa {Extremadura, Reino Leonés, Galicia, Asturias}, como es su especificidad dentro del País Leonés y su concreción en la regionalidad leonesa -.- con el «todo SaZaLe’41» de las tres provincias leonesas y sus 38.491 km(2) -.-, la figura de Alfonso IX de León de facto la convertimos en una «proclama referencial» cotidiana.
Allá por donde fuéramos, allá por de habláramos, allá por donde escribiéramos, allá donde nos reunieramos, allá donde nos manifestáramos, allá donde estuviéramos, halla donde escribieramos, …, poníamos de salida hacia el común y a su alcance, situándolo al retortero en nuestro derredor y el entorno comunicacional, la egregia figura de Alfonso IX y su amplia y varia circunstancialidad.
Al hablar de Alfonso IX, no sólo centrábamos la comunicación, en aquellos momentos de la {«TP’1975»}, en la sola y exclusiva imagen real de tal figura, si no también en todos y cada uno de todos aquellos otros aspectos plurales y diversos, incluso los que podían estimarse como colaterales, que por diversos medios y procedimientos, en la medida de lo posible y hasta alambicadamente, habíamos conseguido reunir, recopilando de aquí y de allá, para documentar, con rigor y seriedad, nuestras intervenciones, en unos espacios ( los propios de aquel entonces), que parecían (¿solo parecían?) y se nos antojaban como muy desprovistos de tal información y/o conocimiento (-.- la Corona Leonesa se nombraba muy escasamente en los libros escolares -.-).
Tenemos en «el mundo de Alfonso IX», toda una situación integral de la completa Corona Leonesa [‘-.- que está representada en el escudo de España por “el león rampante de color purpura” -.- ], que lo es a considerar, valorar, estimar, ponderar, asimilar, recuperar y proyectar, por los constitucionales ciudadanos extremeños, leoneses, gallegos y asturianos (en sus cuatro constitucionales regionalidades), con amplia incidencia, en lo que desde nuestra óptica cotejamos, en lo que fueron los territorios de los Reinos de Toledo, Córdoba, Jaén y Sevilla, asi como en el fraterno Portugal.
Tal situación, con «el mundo de Alfonso IX», no termina/concluye/acaba con el fallecimiento del monarca en el año 1230, ni tampoco cambia o se transmuta, ¡menos aún se esfuma!, tras esa contingencia personal centrada en el soberano leonés ( de origen zamorano), ya que desde nuestra consideración y sostenido criterio, resulta que:(1°) Prosigue en el tiempo, (2°) Avanza en la autopotenciación propia y (3°) Se consolida ciméricamente en Hispania, haciéndolo hasta tal punto que, por nuestras oleadas de emigrantes (-.- ahora ya de los constitucionales pueblos regionales españoles: extremeño, leonés, gallego y asturiano -.- ), rebrota en otras partes del mundo y lo efectue con con sello propio.
Desde “el mundo de Alfonso IX” se llega a los tiempos de la contemporaneidad (que empiezan antes del manido año de 1808), tanto por la vía antropológica como por otras situaciones y desde aquí, por ende, nos ubicamos con el inicio de la conceptualización primigenia, tras los pasos de la Edad Moderna, en pos de la España Nación, lo cual, y desde nuestra apoyatura, es muy importante y eso aconteciendo, genuina y precursoramente, antes de las adscripciones políticas que, desde la vecindad francesa, toman carta de naturaleza en el solar hispánico e introducen, cuasi con calzador ( -.- con un sabor de traducción rápida y a la carta, en un copia y pega -.-), sus ‘centralizados análogos programas’ (-.- léase los (RRDD’s)’ 1832 y siguientes -.- ) con ‘esquemas estructurales orgánicos’ y las subsiguientes ‘redes controladoras y/o directivas’, completa y totalmente subordinadas, que parecen eran alimentadas en las sucesivas desamortizaciones.
Para algunos la figura de Alfonso IX -.- desde «el mundo de Alfonso IX», “pro utilitate regni mei” -.-, pasa con el tiempo, desde el umbral histórico propio, a una ‘conformación de los valores’ que, desde esa leoneseidad de la que hablamos al inicio, nos hace ser plenamente hispánicos e indudablemente españoles, con personalidad propia y no importada, situándonos en una perspectiva proyectiva de amplia y general postulación humana.
Francisco Iglesias Carreño
Presidente PREPAL
VALORIO 15-8-2024