Ana Isabel Robles Manzano, estudiante de la Universidad de León, también ha localizado, limpiado y señalizado los manantiales de la zona.

Una de las becas RALBAR 2024 que fueron concedidas por la Universidad de León (ULE) y a la Fundación Banco Sabadell le correspondió a Ana Isabel Robles Manzano, estudiante del máster en Formación de Profesorado en Enseñanza Secundaria (MUFPES), que ha dedicado los pasados meses de julio y agosto a desarrollar el proyecto denominado ‘Fuentes de vida: Un mapa de las fuentes rurales de nuestro pueblo’.

“El proyecto, -explica- nació con el objetivo de recuperar las fuentes y manantiales de Barrillos de Curueño que, por desuso y falta de mantenimiento, han quedado olvidadas o secas. Antiguamente, estas fuentes eran esenciales para el consumo humano, el ganado y el riego, pero con el tiempo han sido cubiertas por vegetación densa y sus estructuras habían quedado en ruinas”.

Durante este verano, -comenta Ana Isabel Robles-, me dediqué a “localizarlas, limpiarlas y señalizarlas, trazando además rutas que permiten a los habitantes y visitantes del pueblo redescubrir estos valiosos recursos naturales. Al devolverles la visibilidad y el acceso, también promovemos su conservación para futuras generaciones”.

ANÉCDOTAS Y RECUERDOS DE LOS VECINOS

La experiencia ha sido muy gratificante y enriquecedora ya que, tal y como relata la joven investigadora de la ULE, “además de rescatar un patrimonio natural tan valioso para Barrillos de Curueño, he tenido la suerte de contar con la ayuda de los vecinos para localizar las fuentes, por lo cual estoy profundamente agradecida. Su colaboración fue esencial, y su participación en los itinerarios que organicé le añadió un valor único”.

Durante estas rutas, los vecinos compartieron anécdotas y recuerdos de su infancia relacionados con las fuentes, lo que hizo que la experiencia fuera “aún más bonita y significativa. Escuchar sus historias me permitió conectar de manera más profunda con la tradición y el pasado del lugar”.

Ana Isabel Robles Manzano se muestra muy agradecida a la Fundación Banco Sabadell y a la Universidad de León por la iniciativa de las becas RALBAR, “por darme la oportunidad de llevar a cabo un proyecto que combina la recuperación del patrimonio rural con la sostenibilidad ambiental”. La joven añade que también desea “agradecer especialmente a los vecinos de Barrillos de Curueño su apoyo, participación y el valioso legado de sus recuerdos”.