Persiste la tendencia al alza del paro en la provincia de León  que cerró noviembre con un incremento del desempleo del 2,10%, afectando a 447 nuevos  inscritos en las listas y elevando la cifra de parados a 21.700 personas.  

Se observa una subida de desempleados en todos los sectores: 300 más en Servicios hasta  los 15.441; 50 parados más en el epígrafe de sin empleo anterior (2.364); 49 más en  agricultura (755); 39 desempleados más en construcción (1.373) y 9 más en industria (1.767)  

Es un incremento del paro superior al que registró la Comunidad, donde subió un 1,27%,  respecto a octubre, contrastando con la caída del paro a nivel nacional del 0,62%.  

El balance es más positivo en términos interanuales, ya que el paro ha disminuido en la  provincia un 3,35%, lo que equivale a 752 desempleados menos. Es innegable que las cifras  son mejores que hace un año, pero parece que a León le cuesta más reducir los porcentajes  anuales de paro si los comparamos con los del conjunto de Castilla y León y de España que  superan el 5%.  

Respecto a las contrataciones, en León se firmaron 7.480 contratos en noviembre, casi un  30% menos que en octubre y un 5,47% menos que hace un año.  

Noviembre tampoco ha dejado buenas noticias en cuanto a las afiliaciones a la Seguridad  Social, ya que cayeron un 0,3% en León. 545 afiliados menos que van restando en la cifra  total de cotizantes hasta las 168.943 personas afiliadas. La afiliación también bajó un 0,6%  en Castilla y León y un 0,1% a nivel nacional. Sin embargo, en la comparativa interanual la  cifra sigue siendo positiva con un crecimiento de la afiliación del 1,7% en la provincia de  León (aunque por debajo del 2,1% y del 2,3% registrados en la Comunidad y en el conjunto  nacional)  

El mercado laboral da signos de debilitamiento en estos últimos meses del año y en nada  ayuda el clima de crispación política, de inseguridad jurídica y de incertidumbre respecto a  las políticas económicas, fiscales, laborales que se aplicarán en el próximo ejercicio. Las  empresas, aunque ya están acostumbradas a navegar entre crisis, están cada vez más  limitadas por un entorno que pone trabas en lugar de generar confianza. Una situación que  no sólo frenará inversiones y contrataciones, sino que pone en riesgo el tejido productivo.  Las pymes, que son el verdadero motor del empleo en provincias como León, están siendo  las más afectadas. Desde el CEL no podemos aceptar que las administraciones sigan siendo  parte del problema en lugar de convertirse en aliadas estratégicas. Es su responsabilidad  garantizar un marco estable y predecible, eliminando las barreras que están dificultando que  las empresas puedan hacer lo que mejor saben: generar riqueza y empleo de calidad.