Problemas visuales, conjuntivitis, fotofobias y dolores de cabeza pueden estar producidos por la utilización de gafas no homologadas y sin calidad. Los ojos de los niños son más vulnerables a los efectos nocivos de la radiación, por lo que es fundamental evitar las gafas ‘de juguete’.
En estos meses, las condiciones de luminosidad van en aumento y también se incrementan las actividades al aire libre y las horas en las que nos exponemos al impacto nocivo de las radiaciones ultravioleta (UV) en los ojos, que favorecen la aparición de alteraciones oculares severas, como inflamaciones agudas de la conjuntiva (conjuntivitis) y la córnea (queratitis), cataratas, retinopatías e, incluso, lesiones cutáneas.
Ante estos riesgos, las gafas de sol actúan como indispensables aliadas, ya que, como se recuerda desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), una de sus funciones principales es la de proteger los ojos del exceso de luz, que empeora la visibilidad y puede ocasionar dolor de cabeza o irritación ocular. Por eso resultan fundamentales, por ejemplo, para la conducción, a pesar de lo cual el 45% de los conductores no las usa habitualmente, como demuestran algunos estudios.
“La acción de las radiaciones UV en los ojos, unida al deterioro de la capa de ozono, puede causar quemaduras en la córnea muy dolorosas (fotoqueratitis) y aumentar la aparición prematura de cataratas”, advierte Ana Belén Cisneros, secretaria general del COOCYL.
Así lo confirma el delegado de la institución colegial en León, Ernesto Prada Presa, que advierte de que las radiaciones ultravioleta pueden causar también serias “alteraciones en la retina, como la degeneración macular, sobre todo en las personas mayores y en las que han sido operadas de cataratas”.
Además, los ópticos-optometristas de la provincia recuerdan que una de cada tres gafas de sol vendidas en España no supera los controles necesarios, a pesar de que, al utilizar un producto no homologado, las radiaciones dañinas pueden penetrar aún más en el interior del ojo, lo que resulta más perjudicial, incluso, que no llevar ningún tipo de protección ocular.
En el caso de los niños, la necesidad de utilizar gafas de sol homologadas es todavía mayor, especialmente en la playa y en zonas de montaña, ya que su ojo es más vulnerable que el de los adultos. Antes del primer año de vida, el cristalino, que ejerce de filtro, deja pasar a la retina el 90% de la radiación UVA y el 50% de la UVB. Asimismo, según los expertos, casi el 50% de la radiación ultravioleta a la que nos vemos expuestos a lo largo de nuestra vida se produce antes de cumplir los 18 años.
“Los ojos de los niños son muy sensibles, ya que su pigmentación no está completa, y las radiaciones pueden causar desde queratitis hasta aparición de cataratas más tempranas», señala el representante de los ópticos-optometristas de León. Además, es importante tener en cuenta que esta mayor vulnerabilidad es todavía más acusada en los rubios y de ojos claros.
En este contexto, desde el Colegio Profesional se recalca que las gafas de sol infantiles, al igual que las de los adultos, deben estar homologadas e incluir la marca CE como estándar mínimo de calidad. “Es preferible que no usen gafas a que lleven unas de ‘juguete’, ya que suponen un serio peligro para su salud ocular”, indican los especialistas.
Cinco razones para usar gafas de sol
1- Protección UV. La radiación UV del sol puede causar fotoqueratitis (quemaduras de la córnea muy dolorosas), cataratas y crecimientos celulares, en su mayoría benignos, en la superficie ocular.
2- Protección de la luz azul. La exposición a largo plazo a la luz azul y violeta del espectro solar ha sido relacionado con un importante factor de riesgo de degeneración macular.
3- Visión cómoda. El brillo del sol y su resplandor interfiere en la visión cómoda y la capacidad de ver con claridad, al provocar que las personas entrecerremos los ojos.
4- Adaptación a la oscuridad. Pasar dos o tres horas a pleno sol puede obstaculizar la capacidad de adaptarnos rápidamente a los niveles de luz durante el anochecer o en interiores. Esto puede provocar que la conducción de vehículos por la noche, después de pasar un día al sol sin gafas protectoras, se convierta en una actividad peligrosa.
5- Cáncer de piel. Los tumores de los párpados y de la piel de alrededor de los ojos son más comunes que lo que se piensa.
Por todo ello, los ópticos-optometristas subrayan la importancia de que los ciudadanos utilicen gafas de sol al aire libre si están trabajando, conduciendo, haciendo deporte, caminando o realizando cualquier otra actividad bajo el sol. La radiación solar afecta a nuestros ojos y nuestra piel, incluso en días nublados.