Palabras que se encuentran en los orígenes de un sueño. / Aves volando en el tiempo de las horas buenas. / Palabras alzadas a todos los vientos, a todas las lluvias. / Estrellas en la niebla, estrellas fugaces. / Estrellas de estrellas. Luceros del tiempo. / El sol se niega a esconder su último rayo, / quiere quedarse, escuchar, ganar tiempo, / recostarse en la piedra, y dejar que las musas lo posean. / Parar el tiempo. Soñar sueños nuevos, / columpiarse en las nubes, caminar contra el miedo, / que le arrullen las sílabas del Ágora. / En esta plaza cobran vida las voces del viento. / El viento que insufla la gracia en los verbos. / Los verbos, los versos, los besos, los caminos / que van a dar al poema. Al poema que ya ha llegado, / al que está por llegar, al que viste con pétalos / las dudas, los deseos, las injusticias, el sufrimiento. / En el Ágora está el músculo abierto del temblor, / que no se apaga ni en el último estertor. / En ella se sanan las rutinas, se habitan los senderos / que van a dar a la calma. En el Ágora se abren las ganas. / No importa quién seas, ni de donde vengas, / ni hacia dónde te dirijas. En ella puedes dejar tus recados, / tus experiencias, tus amuletos y hasta tu ciencia. / En la palabra está la cadena que nos une al otro, / están la risa, el llanto, la alegría, el desencanto, / está el lamento más profundo y la lágrima más sentida. / La palabra es el Ágora, y en el Ágora está, / tal y como cada uno la ve, la desea o la vive: la vida. / Alguien dijo: Que esta sea la casa del verbo, / y en el anfiteatro de la plaza de San Marcos, / la clorofila del verso, convirtió la plaza en alma / de sueños, de lamentos, de rosas, de poemas / trenzados en las comisuras de la verdad. / Amaneció el tiempo de las mariposas, / las gradas se llenaron de versos. / Y el tiempo, el tiempo se transformó en Ágora, /para escuchar las sílabas que amasan los poemas.
Mordida existencial: Vaya esta mordida de existencia para los creadores y todos los que cada último viernes de mes, han logrado que el Ágora de la Poesía, sea en León un cuévano lleno de energía donde flota la existencia en estado poético. Si aún no te has acercado, vete, participa, escucha, empápate del viento de los poemas, sáciate de la energía de las musas, mézclate en la masa de los versos, siente los latidos de todos los presentes, componiendo un ejemplar mapa de vida.
Este último viernes se cumplían tres años del Ágora. ¡Felicidades y Enhorabuena! También felicitar a la editorial “LapizCero ediciones” que ha querido inmortalizar estos extraordinarios encuentros poéticos, publicando la primera antología de poemas leídos en el Ágora. ¡Larga vida a todos los que en el Ágora han sido, son y serán! Vale.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.