En España, más de 20 millones de adultos sufren insomnio crónico o transitorio, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN)
- Seguir una dieta saludable, evitar las cenas copiosas y practicar ejercicio físico moderado son algunas de las pautas que garantizan un descanso reparador
Cambiar la rutina en los días de vacaciones, alterar los horarios y abusar de la comida puede repercutir directamente en la calidad de las horas de sueño
San Sebastián, 12 de agosto de 2016.- Más de 4 millones de adultos padecen insomnio crónico y cerca de un 35% de la población adulta sufre de este trastorno del sueño transitorio, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). La falta de sueño intensa puede convertir nuestra vida en un círculo vicioso que reduce drásticamente nuestra calidad de vida.
Apostar por horarios regulares y evitar comidas copiosas en las horas previas al descanso es muy conveniente a la hora de mantener una buena higiene del sueño, tal y como apunta la Sociedad Española de Sueño. Las cenas ligeras favorecen el proceso de la digestión y la relajación de nuestro organismo facilitando un descanso reparador sin despertares precoces ni incapacidad para iniciar o mantener el sueño.
Naturalmente existen muchos más factores que nos ayudarán a alcanzar un descanso reparador. Los expertos en nutrición de Krissia recopilan otras prácticas sencillas que contribuirán a mejorar nuestro descanso:
- Practicar ejercicio: El ejercicio aeróbico moderado es el que aporta mayores beneficios. Un sistema que nos permite liberarnos del estrés y las preocupaciones diarias. Por eso, es fundamental que realicemos alguna actividad con la que nos sintamos cómodos y plenos como caminar, montar en bicicleta, bailar…
- Tener una buena zona de descanso: Nuestro lugar de descanso tiene que ser un oasis de paz que nos permita una desconexión total. Tenemos que evitar estímulos externos móviles, portátiles y todo dispositivo electrónico.
- Horarios y rutina: Nuestro cuerpo necesitar un horario establecido e intentar ir a la cama a la misma hora, en la medida de lo posible. Esto facilitará que el organismo entre en un estado de relajación ideal para dormir y despertarse reconfortado.
- Tranquilidad: Los conflictos no son buenos en, pero menos ningún aspecto de nuestra vida, pero lo son aún menos para conciliar el sueño. Evita los conflictos y los malos pensamientos antes de irte a dormir, no pienses en nada negativo y date un respiro durante ese momento.
- Evitar leer y mirar la televisión: El lugar de descanso solo debe ser asociado al sueño, de manera que debemos intentar realizar otro tipo de actividades en otro momento y lugar.
Sin embargo, durante los periodos vacacionales alteramos con frecuencia nuestras rutinas vitales, modificando los horarios de sueño, realizando ejercicio con menor frecuencia e ingiriendo grandes cantidades de comida en cenas y comidas fuera de casa. Estas prácticas, aunque puntuales y tremendamente valiosas a nivel personal, no benefician la calidad del sueño y tras regresar a la vida cotidiana nos resulta más difícil que nunca conciliar el sueño y descansar.