Esta es una oportunidad en mil años (literalmente).
El cometa C/2016 U1 fue descubierto hace un par de meses por la NASA. Está pasando a más de 100 millones de kilómetros de distancia y, aún así, se puede ver con unos binoculares.
Según los astrónomos, esta es la mejor semana para cazarlo.
Si estás en el hemisferio norte, C/2016 U1 NEOWISE (su nombre completo) lo podrás localizar justo antes del amanecer en la parte sureste del cielo.
«Cada día se moverá más hacia el sur hasta que llegue a su punto más cercano al Sol, dentro de la órbita de Mercurio, el 14 de enero, antes de regresar a los confines del Sistema Solar en una órbita de mil años», se lee en el sitio de la NASA, donde aclaran que si bien se puede ver desde la Tierra, «no es considerada una amenaza para nuestro planeta».
La dificultad de ver un cometa está en su brillo que, como indica Pauk Chodas, del centro de estudio de objetos cercanos a la Tierra de la NASA, «es notoriamente impredecible».
Esto se debe a que constantemente están expulsando material en la medida que se acercan al Sol.
Puntos de referencia
«Detectar C/2016 será una contienda entre un elusivo y borroso cometa de bajo contraste contra un cielo crepuscular de mucho brillo», se lee en el sitio Universe Today.
Así que los expertos recomiendan barrer el área con binoculares o, en lo posible, con una mira telescópica de campo ancho.
Para los más conocedores de cielo:
7 de enero: pasará cerca de la estrella Ni Ophiuchi de la constelación de Ofiuco
8 de enero: cruzará la constelación Serpens (la serpiente)
10 de enero: pasará cerca de M16, la nebulosa de águila
11 de enero: el punto de referencia sería la Nebulosa Omega, «cuando cruce el ecuador galáctico hacia el sur», según Universe Today.
12 de enero: cruzará la constelación de Sagitario.
La razón por la que los cometas son tan impredecibles se debe a que son objetos helados compuesto por polvo y material rocoso, por lo que en la medida que se acercan al sal van desprendiendo material que forma su característica cola.
Debido a que no siempre desprende la misma cantidad de material, su brillo va variando.
Es muy poco lo que científicos de la NASA saben de C/2016 U1, apenas lo descubrieron en octubre pasado, pero saben lo suficiente como para decirnos que, en esta vida, no lo volveremos a ver.
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