El concejal de Empleo, Promoción Económica y Educación, Javier García-Prieto, y el vicepresidente primero de ILDEFE, Justo Fernández, han entregado esta mañana el Premio al Emprendimiento Social 2016 que convocan FULDEFE y la Fundación MONTELEÓN. El jurado, reunido el 21 de diciembre, acordó reconocer a los proyectos Wallyboo y Tribulanis como primer y segundo galardonados por su excelencia social y su apuesta por el emprendimiento.
El concejal de Empleo, Promoción Económica y Educación, Javier García-Prieto, ha destacado la importancia de estos premios que “reconocen el modelo nuevo y potente en la ciudad de León para aquellas iniciativas en el marco de la acción social y economía colaborativa”. García-Prieto añadió que “reconocemos el esfuerzo de estas iniciativas que van cuajando en la sociedad leonesa y en el tejido productivo de León”.
Los premiados
Estos premios reconocen el esfuerzo de las empresas que generan riqueza desde el compromiso social.
El proyecto galardonado con el primer premio -2.000 euros- es una plataforma web de consumo colaborativo de material de puericultura y se llama Wallyboo. Su dirección web es
En esta plataforma los padres pueden alquilar o vender material de puericultura, deportivo o accesorios de los niños que ya no utilizan. Su lema es ‘dar segundas oportunidades a artículos infantiles, profesionalizando los intercambios y apoyando el ahorro a las familias’.
Sus promotoras, Elisa Chamorro y Mercedes Solé, crearon la empresa para satisfacer una necesidad que experimentaron en primera persona, como madres con hijos pequeños que necesitan multitud de accesorios en su día a día o cuando viaja.
El proyecto galardonado con el segundo premio -1.000 euros- es una iniciativa de reciclaje textil para la creación de muñecos personalizados Tribulanis. Su dirección web es
Esta empresa diseña y produce muñecos –que forman parte de la tribu Tribulanis- a base de textiles y plásticos reciclados al máximo. Una parte del dinero obtenido de la venta de los muñecos se destina a entidades sin ánimo de lucro, y la producción –totalmente artesanal- es realizada por personas en riesgo de exclusión social. Su promotora, Natalia Fernández, dota de una historia personal a cada uno de los muñecos potenciando su singularidad.