El impacto alcanzó la energía equivalente a 10 mil millones de bombas de Hiroshima (ilustración). No podría haber golpeado en un lugar peor de la Tierra.
Esa es la conclusión fundamental a la que llegaron los científicos que perforaron el cráter del impacto del asteroide asociado con la desaparición de los dinosaurios.
Los investigadores recuperaron rocas en el cráter Chicxulub, en el Golfo de México, que fueron golpeadas por el asteroide de 15 km de ancho que impactó en nuestro planeta hace 66 millones de años.
Llegaron a la conclusión que el mar poco profundo que cubría el sitio donde el asteroide golpeó provocó que volúmenes colosales de azufre (proveniente del mineral yeso) fueran inyectados en la atmósfera, extendiendo el período de «invierno global» que siguió al impacto.
Ni cómo, ni cuánto, sino dónde
Si el asteroide hubiera caído en un lugar diferente, el resultado podría haber sido muy distinto.
«Aquí es donde llegamos a la gran ironía de la historia: porque al final no fue el tamaño del asteroide, la escala de la explosión, ni su alcance global. Lo que hizo que los dinosaurios se extinguieran fue el lugar donde ocurrió el impacto», dijo el biólogo evolutivo Ben Garrod, quien presentó en la BBC el documental «El día que los dinosaurios murieron» junto a la paleontóloga Alice Roberts.
«Si el asteroide hubiese caído unos momentos antes o después, podría haber golpeado el océano, en lugar de haberlo hecho en aguas costeras poco profundas.
«Un impacto en los océanos Atlántico o Pacífico cercanos habría significado una cantidad inferior de roca vaporizada en la atmósfera, incluyendo el mortal yeso.
«La nube habría sido menos densa y la luz solar podría haber alcanzado la superficie del planeta, evitando lo que sucedió después».
«En este frío y oscuro mundo, la comida del océano se acabó en una semana y poco después en la tierra no había qué comer».
«Sin alimento, los poderosos dinosaurios tenían pocas posibilidades de sobrevivir».
Descubrimientos
Ben Garrod pasó un tiempo en abril y mayo del año pasado con el equipo de perforación a 30 kilómetros de la península de Yucatán, para entender mejor los objetivos del proyecto.
Alice Roberts visitó depósitos fosilizados en Estados Unidos para tener una idea de cómo la vida fue alterada por el impacto.
Se recuperaron núcleos de roca de hasta 1.300 metros bajo el Golfo.
Las secciones más profundas de este material provienen de una característica dentro del cráter llamada «anillo pico».
Esto está hecho de roca que fue bruscamente fracturada y alterada por inmensas presiones.
Al analizar sus propiedades, el equipo del proyecto de perforación -dirigido por los científicos Jo Morgan y Sean Gulick- esperan reconstruir la forma en que se produjo el impacto y los cambios ambientales que causó.
Ellos descubrieron que la energía que se produjo con el impacto del asteroide de 15 kilómetros es equivalente a 10.000 millones de bombas atómicas de Hiroshima.
Y también analizaron cómo se formó la depresión que observamos en la actualidad.
Además, el equipo obtuvo detalles sobre el retorno de la vida en los años posteriores al impacto.
Una de las muchas secuencias fascinantes en el programa de la BBC es cuando Alice Roberts visita una cantera en Nueva Jersey, Estados Unidos, donde se recuperaron 25.000 fragmentos de fósiles, evidencia de una muerte masiva de criaturas que pueden haber sido algunas de las bajas inmediatas, en el día mismo del impacto.
«Todos estos fósiles se encuentran en una capa de no más de 10 cm de espesor», dice el paleontólogo Ken Lacovara a Alice Roberts.
«Ellos murieron repentinamente y quedaron enterrados muy rápido. Esto nos dice que fue solo un momento en el tiempo geológico. Pueden haber sido días, semanas, quizás meses. Pero no miles de años o cientos de miles de años. Esto fue esencialmente un evento instantáneo».
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