Un equipo de científicos ha explicado cómo es posible caminar sobre el agua en ciertas condiciones, donde la clave está en un equilibrio de fuerzas
¿Es posible caminar sobre el agua?
Un equipo de investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia ha logrado explicar cómo es posible caminar sobre el agua, en ciertas condiciones: la clave está en un equilibrio de fuerzas.
Partiendo del comportamiento de un fluido no newtoniano (como sucede cuando mezclamos maicena y agua tibia, cuya sustancia resultante se moldea si presionamos con un dedo pero se convierte en casi un muro si intentamos pisarla con fuerza, determina que sobre esta suspensión es posible caminar -por lo que sería posible caminar sobre el agua).
Partiendo de este comportamiento, los expertos han demostrado experimentalmente que esto sucede no únicamente porque las partículas choquen entre sí por efecto de la presión sino porque en este proceso también participan fuerzas repulsivas de corto alcance, ya sea de origen físico-químico o electroestático, que facilitan que un líquido se convierta en sólido en ciertas coyunturas.
Esta sería la explicación a la posibilidad de caminar sobre el agua, pero su descubrimiento también permitirá -mediante la manipulación de estas fuerzas- una gran cantidad de nuevas aplicaciones: conseguir chalecos antibalas más ligeros (compuestos por gránulos con capacidad expandirse y hacerlos resistentes a las armas blancas), ropa deportiva más ligera pero muy resistente en caso de choque (para pilotos, motoristas…) o hacer que los cementos sean mucho más sólidos (incorporando polímeros para controlar sus propiedades de endurecimiento).
Los científicos probaron su teoría en un modelo de partículas de silicio, comprobando que al disminuir al presión de la fuerza repulsiva (que es la que mantiene separadas a las partículas), el estado líquido desaparecía y la suspensión resultante se volvía completamente sólida. Todo fruto de una transición friccional. El estudio ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Fuente: muyinteresante.es / Sarah Romero / Ambientum