Hace meses que los astrónomos siguen de cerca el misterio de la estrella de Tabby, cuyo brillo varía esporádicamente de forma extraña. Durante un tiempo se llegó a pensar que una gran estructura extraterrestre podría estar detrás del fenómeno pero la causa más probable son los cúmulos de polvo, según las últimas observaciones.

Un equipo de más de 100 investigadores, dirigido por la profesora Tabetha Boyajian de la Universidad Estatal de Louisiana (EE UU) está un paso más cerca de resolver el misterio de KIC 8462852, considerada ‘la estrella más misteriosa del universo’ y bautizada como estrella de Tabby.

Se trata de una estrella media, aproximadamente un 50 % más grande que el Sol y con una temperatura 1.000 grados superior. Sin embargo, presenta una característica especial: ha estado inexplicablemente oscureciéndose y aumentado su brillo esporádicamente como ninguna otra. Para explicar este fenómeno se han apuntado varias teorías, pero la más espectacular es la que proponía que una megaestructura alienígena podría producir esos extraños cambios en la iluminación mientras orbita alrededor de la estrella.

El enigma de Tabby es tan atractivo que más de 1.700 personas han donado una cantidad superior a los 100.000  dólares a través de una campaña de micromecenazgo (crowdfunding) organizada por Boyajian para realizar observaciones de la estrella con la ayuda de la red global de telescopios del Observatorio Las Cumbres. Algunos resultados ya se presentaron en octubre, pero ahora se publican en The Astrophysical Journal Letters los datos más recientes sobre las atenuaciones en el brillo, registrados, además, en escalas de tiempo cortas (días-semanas).

«El polvo es probablemente la razón por la cual la luz de la estrella parece atenuarse y aclararse. Los nuevos datos muestran que los diferentes colores de luz están siendo bloqueados en distintas intensidades. Por lo tanto, sea lo que sea lo que pase entre nosotros y la estrella, no es opaco, como se esperaría si fuera un planeta o una megaestructura alienígena lo que se interpusiera en medio», explica Boyajian.

«Las megaestructuras no poducen las tendencias que vemos en los datos, que muestran la firma que esperaríamos para el polvo», subraya a Sinc la profesora Tabetha Boyajian, quien valora positivamente que hayan puesto el nombre de estrella de Tabby en su honor: «Es mejor que KIC 8462852».

Los científicos la observaron de cerca a través de la red del Observatorio Las Cumbres desde marzo de 2016 hasta diciembre de 2017. Desde mayo de 2017 se han producido cuatro episodios en los que la luz de la estrella ha decaído y los participantes en la campaña de crowdfunding los pusieron nombre: Elsie y Celeste a los dos primeros, y como antiguas ciudades perdidas a los dos últimos: Scara Brae de Escocia y Angkor de Camboya.

Los autores comentan en su artículo que, de alguna manera, lo que está sucediendo con la estrella es similar a lo que les ocurrió a esas ciudades desaparecidas: «Son eventos antiguos, ya que estamos viendo cosas que sucedieron hace más de 1.000 años. Y casi con certeza están originados por algo ordinario, al menos en una escala cósmica. Y sin embargo, eso los hace más interesantes y, sobre todo, son misteriosos».

Los investigadores también destacan que el método utilizado para estudiar esta estrella, con la ayuda de la ciudadanía y una avalancha de datos sobre un solo objeto, supone una nueva era para la astronomía. De hecho, los astrónomos aficionados llamados ‘planet hunters’ (cazadores de planetas) han sido los que, revisando cantidades masivas de datos de la misión Kepler de la NASA, detectaron el comportamiento inusual de la estrella en 2015, años después del final de esa misión, en 2013. Y, por otro lado, las observaciones con la red de telescopios LCO han sido posibles en parte gracias a los cerca de 90.000 € recaudados por la campaña de micromecenazgo.

«Si no fuera por personas con una mirada imparcial en nuestro universo, esta estrella inusual se habría pasado por alto», dice Boyajian, que insiste: «Sin el apoyo ciudadano no habríamos obtenido esta gran cantidad de datos».

Sin embargo, aún no se han encontrado todas las respuestas. En este momento, los equipos que están estudiando la estrella esperan que la estrella de Tabby se despierte nuevamente y muestre atenuaciones más fuertes, del 10% o el 20%, similares a las observadas por Kepler hace más de cinco años. Si bien los datos actuales apoyan la hipótesis de que un cuerpo escondido dentro de una gran nube de polvo está causando estas atenuaciones, con futuras observaciones de unas fluctuaciones más profundas se espera poder resolver definitivamente el rompecabezas que esta estrella ha planteado.

Participación española en los análisis

El misterio de esta estrella, situada en la constelación del Cisne, ha obligado a que decenas de telescopios en todo el mundo la observaran durante 2017, incluyendo el Gran Telescopio Canarias (GTC), el Telescopio Mercator, el Nordic Optical Telescope (NOT) y el Telescopio Nazionale Galileo (TNG), todos ellos en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma), y la red de telescopios del Observatorio de Las Cumbres (LCO), que incluye el telescopio de 0,4 m instalado en el Observatorio del Teide (Izaña, Tenerife).

Como resultado, se ha obtenido un nuevo conjunto de datos que se presentan hoy en el artículo del numeroso equipo que lidera Tabetha Boyajian, junto a otro que dirige Hans Deeg, investigador del Instituto de Astrofícia de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna. «Desde el descubrimiento de la estrella de Tabby en datos que ya tienen más de cinco años, por fin estamos en condiciones de presentar nuevas ideas convincentes sobre la naturaleza de este extraño objeto», asegura Deeg.

Los científicos han estado observando de cerca esta estrella con los telescopios del Observatorio de Las Cumbres desde marzo de 2016 hasta diciembre de 2017. En mayo del año pasado, mientras un equipo liderado por la investigadora del IAC Marian Martínez la observaba con el telescopio Mercator, la red LCO detectaba el comienzo de la atenuación de un 1% del brillo de la estrella durante unos días. Posteriormente a estas observaciones, se inició un seguimiento de la estrella con espectroscopía de alta resolución usando NOT y TNG además de Mercator, involucrando a varios investigadores de grupos tan diversos como la Física solar, la Física de estrellas masivas o los exoplanetas.

En paralelo, el equipo liderado por Hans Deeg estaba preparado para observarlo con el GTC, de 10 m de diámetro, esperando el momento a que Tabby «se despertara». Con el instrumento OSIRIS en el GTC midieron el color de la estrella con una alta precisión durante éste y varios episodios de atenuación más en 2017. Es muy probable que el polvo sea la razón de que disminuya la luz de la estrella y luego vuelva a brillar.

Referencias bibliográficas:

BOYAJIAN, Tabetha et al. «The First Post-Kepler Brightness Dips of KIC 8462852», The Astrophysical Journal Letters, preprint at https://arxiv.org/abs/1801.00732

DEEG, Hans et al. «Non-grey dimming events of KIC 8462852 from GTC spectrophotometry», Astronomy & Astrophysics Letters, preprint at https://arxiv.org/abs/1801.00720

Fuente: SINC/IAC