El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha inaugurado hoy la jornada sobre la nueva PAC, titulada ‘Una oportunidad para el desarrollo económico de Castilla y León’, donde ha destacado que esta reforma debe servir para afianzar y mejorar de cara al futuro este importante instrumento de la política europea.
Durante la inauguración de una jornada sobre la nueva PAC, celebrada en Valladolid, el presidente de la Junta ha abogado por trabajar en el acercamiento de todos los puntos de vista del sector y de las fuerzas políticas y sociales, con el objetivo de lograr una posición de Comunidad en torno a este asunto clave para el sector agrario de Castilla y León. Y es que toda esta reflexión se produce en mitad de una nueva situación para el conjunto de la UE, como es la salida de uno de los países hasta ahora contribuyentes netos, con la pérdida de ingresos que ello supone. Por ello, Herrera ha apostado por la necesidad de blindar en el futuro marco europeo todo lo que afecta a la PAC: en primer lugar que se mantenga la financiación y, en segundo, que su mayor parte se dirija al sector agrario y alimentario.
La trascendencia de esta cuestión para el conjunto de la Comunidad se traduce en que sólo el año pasado la financiación de la PAC alcanzó un importe de 1.168 millones de euros, lo que convierte a Castilla y León en la segunda Comunidad perceptora, después de Andalucía.
El presidente de la Junta ha instado a mantener una postura clara acerca de los principios básicos que deben inspirar la futura PAC. En primer lugar, y en relación al nuevo modelo de política agrícola que refuerza el principio de subsidiariedad en favor de los Estados miembros, cuestión que se materializará en el Plan Estratégico que cada Estado estará obligado a diseñar, el presidente ha señalado que en principio se trata de un planteamiento positivo -por cuanto reconoce la variedad que existe en el sector primario europeo y en sus condiciones de trabajo- pero siempre que no suponga una renacionalización de la política agrícola, ni ponga en riesgo el mercado único.
En este punto, Herrera ha señalado que este nuevo marco también genera dudas acerca de la financiación y que, por ejemplo, en Castilla y León no se entendería que los pagos directos no estuvieran financiados al cien por cien con presupuesto europeo, pues eso implicaría diferentes velocidades de aplicación de las políticas en función de la capacidad presupuestaria de cada Estado.
Por otro lado, es necesario mantener la actual estructura de la PAC basada en dos pilares: ayudas y mercados por un lado, y desarrollo rural por otro. Castilla y León apuesta por conceder una prioridad clara al primer pilar ya que los pagos directos deberían seguir garantizando una parte de la renta agraria, protegiendo sectores vulnerables y contribuyendo al mantenimiento del medio ambiente.
En cuanto al fortalecimiento de las medidas de mercado, Herrera ha subrayado que son una oportunidad para afianzar la posición de los agricultores en la cadena alimentaria y que un ejemplo claro es el modelo español de cadena de valor, que se está aplicando en Castilla y León a través de las Plataformas de Productividad y Competitividad o las figuras de arbitraje, como el defensor de la cadena alimentaria.
Igualmente, el presidente ha afirmado que también son necesarias acciones de desarrollo rural, que dirijan sus esfuerzos a facilitar una mayor productividad, competitividad y rentabilidad de las explotaciones y de la agroindustria. Según ha explicado, esas medidas han de llegar asociadas al apoyo al conocimiento, la innovación y la tecnología. Ese acceso a la tecnología por parte de las explotaciones pequeñas y medianas es una cuestión de especial relevancia para un territorio como el de Castilla y León, según ha afirmado el presidente.
Otros aspectos de la nueva PAC
Asimismo, Herrera ha destacado que es fundamental que la nueva PAC conceda un protagonismo mayor a los jóvenes y a las mujeres como activos clave en la dinamización y modernización de la agricultura y del mundo rural. A ello contribuirá sin duda una política comunitaria con más formación e innovación tecnológica, que ayude a la creación de nuevas empresas agrarias, a la inversión, y a la agrupación de productores y el cooperativismo. En Castilla y León el objetivo que se ha marcado para este período de programación es el de incorporar 5.000 nuevos jóvenes al sector, para lo cual se han introducido mejoras sustanciales: como el anticipo del 50% de la ayuda, la no necesidad de justificar los 20.000 primeros euros, y el aumento de la cuantía máxima, hasta alcanzar 81.000 euros.
En cuanto al mayor reconocimiento del papel de la mujer rural, en Castilla y León, por ejemplo, se está avanzando ya a través de las Directrices para la promoción de la mujer en el sector agrario, aprobadas en 2016.
Por último, el presidente ha señalado que una de las cuestiones más destacadas en la reforma de la PAC es sin duda la relacionada con el cambio climático y la preservación del medio ambiente. En Castilla y León se considera imprescindible que la nueva PAC haga posible un sector agrario más competitivo y rentable, que asegure el uso sostenible de los recursos naturales, y en el que sea plenamente compatible la protección del medio ambiente con objetivos irrenunciables para la Comunidad, como la fijación de población en el medio rural.
Otro de los aspectos en los que debe evolucionar la nueva PAC, al igual que en todas sus reformas, es en el de su simplificación, que debe buscar dotar a esta política de un conjunto de normas de gestión y control más asequibles, y de una reducción de las cargas administrativas para los Estados miembros y para el agricultor.