La campaña gubernamental para desmantelar el modelo público de pensiones, iniciado de forma explícita con la práctica desaparición de la hucha desde la llegada de M. Rajoy a la Moncloa, de manera más sibilina imponiendo en 2012 una reforma laboral cuyas consecuencias han devastado las cotizaciones a base de reducción para el empresario, salarios de miseria que extienden la pobreza hasta más del 30% de los trabajadores y una precariedad que ha convertido en normalidad la contratación por días, e incluso horas; ha sido una bomba de relojería contra el sistema público de pensiones.
A estas y otras muchas medidas se une la reforma del propio sistema que ha venido sirviendo de excusa al PP para bajar las pensiones, si bajar, porque se incrementan “una mierda”, este año el 0,25%, muy por debajo del IPC anual y provocará en 2019 la pérdida media de 78 euros a cada persona pensionista de este país. A parte de otras medidas, como el copago sanitario, que ya impide a determinados colectivos acceder a la sanidad pública “universal”.
Estamos ante un Gobierno que rescata autopistas mal gestionadas mientras permite una fraude fiscal de 60.000 millones, que facilita a los grandes capitales beneficiarse de un sistema fiscal “retrógrado”, un modelo que pone sobre los hombros de los salarios mantener los servicios públicos, reduciendo a la mínima expresión la capacidad de consumo.
Un gobierno que asume con tranquilidad que el rescate bancario no vuelva a las arcas públicas, capaz de pagar indemnizaciones millonarias ilegales a multinacionales, como el caso Castor, que demuestra cada día que el erario público paga cuando el poderoso reclama, debe hurtar los medios de alguna parte. Esta parte es la generación de un enorme nuevo negocio a las aseguradoras, en materia sanitaria y pensiones, los mismos que se han reconocido en el mundo por negar la asistencia a quien no tiene con que pagarla, el camino que lleva la sanidad pública es ese, y cuyo chiringuito en materia de pensiones solo ha provocado ruinas, desfalcos y rescates públicos multimillonarios, como el caso chileno, que lo único que han provocado es incrementar el agujero en el patrimonio de todos para volver al único sistema eficaz: el público.
IzAb estaremos en las 5 manifestaciones convocadas en la provincia en defensa del sistema público de pensiones. Porque la pensiones suben una mierda, pero esto ocurre porque se ha tomado la decisión política de desmantelarlas para convertirlas en un negocio, nacido de un robo de fondos públicos y que termina con la ruina del gestor privado dejando en la calle al ahorrador. Esto es historia, no opinión. La opinión parcial es lo que lanza el gobierno y la publicidad que se ofrece a las aseguradoras en las televisiones para mentirnos.