Fue la final de Copa del Rey con el marcador más abultado en casi 40 años. Fue un baño sin paliativos, un partido entre gigantes y pigmeos, una lucha desigual en la que un equipo, armado con Messi, Suárez, Coutinho y, por encima de todos, Andrés Iniesta, pasó por encima de un Sevilla que cuando se quiso dar cuenta de dónde estaba perdía ya 3-0. El Barcelona endosó una manita a los de Montella y lograron su 30ª Copa del Rey. Es, además, la mitad del doblete que, obviando el batacazo de Roma, va a dejar en buen lugar a Ernesto Valverde
El Barcelona se hizo muy pronto con el dominio de la pelota, pero fue en una jugada inusual para lo que el equipo culé nos tiene acostumbrados como llegó el primer gol. Todos los créditos son para Jasper Cillessen, el portero holandés que sólo juega en Copa. El ex del Ajax recogió una pelota en su propia área pequeña y con una visión muy de la escuela ajacied, vio un gigantesco hueco en la espalda de la zaga hispalense. Un zapatazo largo le llegó en esa zona a Coutinho, que no tuvo más que dar un pase de la muerte para que Suárez la metiera dentro de la portería.
El gol espoleó al Sevilla, que por medio de Jesús Navas dio presencia al Sevilla en las inmediaciones de la defensa culé. El Barça, mientras, no se alteraba. Y de no alterarse sabe mucho Andrés Iniesta, en su más que previsible última final con el Barça, que conectó un disparo desde la frontal cerca de la media hora de juego que golpeó en el larguero. En la jugada siguiente, otro internacional español, Jesús Navas, puso en la cabeza del ‘Mudo’ Vázquez otra buena ocasión, pero Cillessen atajó con seguridad.
Y de nuevo, magia. Messi inicia en el centro del campo, cede a Iniesta, muy activo y muy motivado este sábado. El de Fuentealbilla devolvió en profundidad al de L’Hospitalet, que se saca un taconazo atrás para que Messi remache al fondo de la red. Golazo. La final estaba encarrilada.
Pero aún había más antes del descanso. Luis Suárez inició una jugada desde su propio campo. Cedió a su amigo Leo Messi que, al primer toque, la mete en profundidad y el uruguayo definió a la perfección. Era el minuto 40 y la cara de Montella, los jugadores sevillistas y la afición hispalense era un poema. El partido, un baño culé.
Orgullo… pero siguieron cayendo goles
En la segunda parte, al Sevilla le quedaba apelar al orgullo. Montella dio entrada a Sandro Ramírez por un desaparecido Joaquín Correa. Navas, de nuevo, fue el primero en adentrarse en los dominios de Cillessen, pero con escaso éxito.
No le dio tiempo al Sevilla ni a creérselo un poco. Iniesta, consciente de que seguramente sea su última final con el Barcelona, ratificó con un golazo el partido absolutamente espectacular que estaba haciendo. Robo de Luis Suárez, que siempre tiene hambre, pase a Iniesta que se apoya en Messi, pase en profundidad del rosarino y ante Soria, Iniesta regatea con maestría y casi sin ángulo hace el cuarto. La hinchada culé se arrancó con ‘olés’ y quedaban más de 35 minutos de final.
Soria evitó el quinto, de Suárez de cabeza, inmediatamente después del cuarto gol. El Sevilla estaba totalmente noqueado y el Barça, ante esa tesitura, decidió seguir jugando. Busquets estuvo cerca de marcar en una sucesión de tres saques de esquina seguidos.
Sandro Ramírez estuvo a punto de hacer el gol del honor a la hora de juego, pero tras llevar una contra hispalense hasta los dominios de Cillessen, su disparo fue repelido por el portero neerlandés. El Barcelona seguía a lo suyo. Tanto, que hasta Andrés Iniesta vio una amarilla por protestar una falta no pitada sobre él.
En el minuto 69, Gil Manzano señaló penalti por una mano de Lenglet muy clara. La jugada acabó en gol de Coutinho, pero el colegiado extremeño no lo dio y mandó lanzar la pena máxima. El propio brasileño fue el encargado de lanzar el penalti y puso el quinto. Montella se sentó en el banquillo.
Sólo el orgullo de Navas parecía buscar el gol del honor del Sevilla. Piqué sacó bajo palos un cabezazo de Sarabia a centro del de Los Palacios. El propio Navas lo intentó disparando él mismo unos minutos después. Pero no había nada que hacer. Quedó tiempo para ver cómo Iniesta se retiró en una ovación impresionante (llegada de ambos fondos) y el de Fuentealbilla acabó emocionado.
El Barça respira tras su amargo trago en Roma y el Sevilla ve que el año que viene no estará en Champions y tendrá que pelear a fondo estar en Europa League. Temporada fallida en Nervión.
Ficha técnica:
0 – Sevilla: David Soria; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Pablo Sarabia (Layún, m. 83), Franco Vázquez (Nolito, m. 86), Correa (Sandro, m. 46); y Muriel.
5 – Barcelona: Cillessen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Rakitic, Sergio Busquets (Paulinho, m. 76), Iniesta (Denis Suárez, m. 87), Coutinho (Dembele, m. 82); Luis Suárez y Messi.
Goles: 0-1, m. 14: Luis Suárez. 0-2, m. 31: Messi. 0-3, m. 40: Luis Suárez. 0-4, m. 52: Iniesta. 0-5, m. 69: Coutinho, de penalti.
Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Mercado (m. 34), Escudero (m. 38), Iniesta (m. 67), Busquets (m. 74) y Franco Vázquez (m. 74)
Incidencias: final de la Copa del Rey, disputada en el Wanda Metropolitano de Madrid ante unos 67.000 espectadores. Presidió el encuentro el Rey Felipe VI.
EDU CASADO www.20minutos.es