Conciertazo en Veguellina de Órbigo
Déjame asomarme a tu garganta. / Muéstrame la luz de ese instrumento, / en la faz de los sentidos. / Tu voz, su voz, vuestras voces, / retando al mismísimo viento. / Restableciendo los compases, / amasando emoción en la línea / que confluye...
Refufio (Capítulo V)
-Ha llegado el momento de que nos pongas nombre, así no hay personaje que se precie. Comentó el más pequeño cuando me dispongo a escribir este capítulo.
Y yo, una mandada, pues voy a intentarlo.
El pequeño de los hermanos huérfanos de la guerra que ha...
Refugio (Capítulo IV)
Le encantaba el tacto de la madera de la mesa. A veces, se sorprendía acariciando aquel árbol dormido que respiraba bajo el libro o bajo el cuaderno en el que preparaba los ejercicios. Era muy bueno en matemáticas, en su tierra, se lo decía...
Refugio (Capítulo III)
Detrás del enorme nubarrón que emborronaba a la noche, asomaba un ojo de la luna. Desde su ojo al descubierto, el lucero de la noche, pudo observar los cristales manchados por las lágrimas de aquel muchacho que la llamaba a gritos para que se...
Refugio (Capítulo II)
Un sol tibio, posaba sus rayos sobre la espalda de la esperanza. Al fin, iniciaban el camino hacia sus destinos finales. Las despedidas se iban sucediendo, a medida que escalonadamente durante varios días, fueron abandonando sus sombras en aquel redil humano.
Los dos hermanos y...
Refugio Capítulo I
Apartó la tela que hacía las veces de puerta en la tienda de campaña, su casa durante varios meses. Ya se estaba formando la fila para recoger los alimentos. Volvió adentro y meció suavemente a su hermano.
-Vamos, despierta, tenemos que hacer cola para traer...
Poemas en el lienzo de Eva del Riego Villazala
Se rompió la cuerda que sujetaba el azar. El juego siguió sin fronteras. En el tablero se suman y restan los miedos, se multiplican las esperanzas, se dividen las razones. En la cuerda floja, quedan las noches sin luna, los ácidos de la derrota,...
Buena y mucha sangre en Veguellina de Órbigo
Aquella imagen le recordaba mucho a ella. Sus ojos, la nariz, el pelo. De medio rostro para arriba, aquella fotografía era una copia de su misma cara. Aquella instantánea era de su madre. Miró el contenido del sobre en donde estaba la foto y...
A media luz
Qué divina y adivina, era Sara Montiel. Hace muchos años que nos cantó aquella canción de “Y todo a media luz”.
En el caso de la citada canción, la media luz era para dos, pero Sarita se quedó corta, ahora lo de “a media luz”...
¿Dónde está mi médico?
Me dirijo a la consulta del médico de Veguellina de Órbigo. Llevo dos semanas con síntomas de catarro o gripe, ya he tomado por mi cuenta, paracetamol, jarabe que tenía en casa para la tos, y otro fármaco de los que se compran cuando...
El mejor amigo de la mujer
El tendero del barrio, la vio entrar en el local con sigilo, daba la sensación de que sus pisadas no tocaban el suelo. Cuando Aquellamujer entraba así en la tienda, bien sabía el tendero que había recibido otra paliza del animal con el que...
¿Quién es 2017?
Es un primo, que acaba de entrar por la puerta de atrás de un mundo colmado de incertidumbres. Uno de esos primos que vienen del futuro para intentar arreglar los sueños que se han desbaratado, para coser las heridas de una Tierra cambiante, gastada...
Adonáis veguellinense
“Han encontrado un guate blanco / Tiene un mapa dibujado con el camino que debes seguir / Si quieres.”
Este poema marcó la existencia de Ella. Justo el día anterior, volviendo a casa con la pena envuelta en el abrigo, se encontró a guanteblanco pisoteado....
¡Despierta que hay magosto!
Un aroma de fuego y monte, abrazaba las calles cercanas a la plaza. La música iba conquistando el espacio que el aroma a castañas asadas le dejaba.
Desde su casa, Quiquín abrió sus aletas nasales:- ¡Hummm.…. que aroma a castañas asadas! – Luego su tímpano...
“RÍO ÓRBIGO” club de lectura
Por debajo de la puerta, penetró en la habitación un aroma exquisito a paella. Las aletas de su nariz, amuecaron su fisonomía para que a través de ellas, el cerebro pudiera percibir toda la intensidad del aroma. Hizo amago de cerrar el libro, pero...
AEDO, aquí se trabaja con amor y alegría
Volvió a revisar sus ahorros con fruición. Mañana podría comprar el libro, al fin se haría con su tesoro. Julia era una gran lectora, pero su economía no estaba muy boyante.
En la habitación de al lado, su hermano también contaba los caudales que habían...
Un paquete rojo
El picaporte de la puerta sonó a coro celestial. Nunca le había alegrado tanto escuchar aquel sonido. ¿Sería la mercancía que esperaba? Abrió el portón con el corazón al trote. Efectivamente, un mensajero le entregó un paquete rojo. Firmó el recibí y entró corriendo...